SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA MEXICANO “CAMPUS HOREB” VIDA EN COMUNIDAD DE DIETRICH BONHOEFFER (RESUMEN) ALUMNO: RAMON BOA SOSA
Uno de los propósitos de Dios es reinar en medio de su pueblo, aunque para eso tengan que pasar algunas cosas que en el momento parecen contradictorias, ya que a lo largo de la historia Dios ha permitido que su pueblo viva disgregado en medio de infieles, pero no para otra cosa sino para ser semilla de la palabra entre los pueblos. Es a través de la persona de Jesucristo que el pueblo de Dios se puede mantener unido y así será en los últimos tiempos, aunque en el presente tiempo para algunos esto represente algo doloroso ya que no pueden pertenecer a una comunidad visible como quisieran, puesto que su posición dentro del cuerpo de Cristo no les permite gozar plenamente de esta gracia, como es el caso de los prisioneros, enfermos, misioneros, etc. Es por eso que la palabra de Dios menciona en boca del apóstol Pablo “oro a Dios de noche y día con gran ansia para volver a veros”, así mismo el apóstol Juan sabe que su gozo no será cumplido hasta que este con los suyos y pueda verlos. Por lo tanto, la presencia del hermano en la fe, permite que otros puedan alabar al creador, al salvador y al redentor, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ahora bien, si el mero encuentro entre dos creyentes produce tanto gozo, que maravillosa felicidad no sentirán aquellos a los que Dios permite vivir continuamente en comunidad con otros creyentes. En otras palabras, la comunidad Cristiana es obra solamente de Jesucristo y de su justicia. Jesucristo es: *Cristo Mediador *La comunidad de Jesucristo. Solamente a través de Jesucristo nos es posible ser hermanos. Hay un principio que es muy rescatable en esta lectura, hablando específicamente de la vida en comunidad y que debería, creo yo, puesta en marcha siempre, “Cuando la vida en comunidad está gravemente amenazada, por el pecado y la incomprensión, el hermano aunque pecador, sigue siendo mi hermano. Estoy con él bajo la palabra de Cristo, y su pecado puede ser para mí una nueva ocasión de dar gracias a Dios por permitirnos vivir bajo su gracia”. La gratitud, s también esencial en la vida cristiana comunitaria. Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada día. Muy a menudo oramos para que se nos concedan grandes cosas y nos olvidamos de agradecer las pequeñas, es verdad ¡qué ingratos somos!. El autor realiza un contraste entre comunidad: *espiritual ama a otro por Cristo. *Psíquica ama a otro por sí mismo. El contraste lo podemos identificar de la siguiente manera, el amor de orden espiritual su deseo es servir y no desear como lo manifestaría el orden psíquico. ¡qué gran diferencia! En buscar lo de arriba y no buscar lo que a mí me gusta. En la palabra de Dios encontramos formas que nos acercan a plenitud a lo que Dios demanda, y los Salmos son ejemplo de ello, ya que en su lectura encontramos una enseñanza en la oración sobre el fundamento de la oración de Cristo, nos enseña: *A orar sobre la base de la palabra de Dios y de sus promesas. *Nos enseña lo que debemos expresar en nuestras oraciones. En la vida en comunidad, es frecuente encontrar quejas en lugar de gozo y regocijo por la palabra de Dios, porque para algunos es muy compleja y larga, ante tal situación, debemos enseñar en la comunidad Cristiana que toda lectura bíblica , aún la más corta, es demasiado larga. Esto quiere decir, que debemos entender la palabra, no por su extensión sino por el mensaje que proporciona. Porque quien no desea conocer la escritura, no es un cristiano evangélico. Tanto la lectura de la palabra, la lectura de los salmos, se debe añadir el canto en común, con él la voz de la Iglesia alaba, agradece e implora a su señor. Cuando hablamos de la adoración a Dios, específicamente en el canto, debemos tener presente que se presentan algunos casos en los cuales se rompe la unidad de la comunidad, dado que algunos hemos matizado la alabanza de acuerdo a nuestro estado de ánimo, algunos queriendo sobresalir por encima de otros y algunos mas no queriendo unirse al canto por su mal humor. Lo que debemos mantener como pueblo cristiano, que el canto al unísono, por difícil que sea, más que musical, es una cuestión espiritual. La palabra de Dios, la voz de la Iglesia y nuestra oración forman una unidad. La oración en común es efectivamente el acto más natural de la vida cristiana comunitaria. La oración de la mañana determina la “suerte” del día. En resumen, es necesario que se considere ampliamente la vida en comunidad, es realmente indispensable que la comunidad cristiana de gracias a Dios por el privilegio obtenido a través de la sangre de Jesús al poder vivir en compañía de otros creyentes y mantener a pesar de los problemas y las dificultades la conexión en Cristo Jesús.
VIDA EN COMUN. DE: LA COMUNIDAD. AUTOR: DIETRISCH BONHOEFFER. FORTUNATO FELIPE GARCIA.
La vida en común. Contrariamente a lo que podría parecer a primera vista, no se deduce que el cristiano tenga que vivir necesariamente entre cristianos; el lugar de la vida del cristiano es el campamento mismo del enemigo. Ahí esta su misión y su tarea; el hecho de que, en el tiempo comprendido entre la muerte de Jesucristo y el ultimo día, los cristianos puedan vivir con otros cristianos en una comunidad visible ya sobre la tierra no es sino una anticipación del reino que ha de venir, es una gracia pese a todo, la presencia sensible de los hermanos es para el cristiano fuente incomparable de consuelo. A través de la presencia del hermano en la fe, el creyente puede alabar a Cristo, al Padre y el Espíritu Santo, la bendición que mutuamente se dan es la del mismo Jesucristo.
La comunidad cristiana. Comunidad cristiana significa, comunión en Cristo y por Cristo; esto significa en primer lugar, que Jesucristo es el que fundamenta la necesidad que los creyentes tienen unos de otros; en segundo lugar, que solo Jesucristo hace posible su comunión y, finalmente, que Jesucristo nos ha elegido desde la eternidad, para que nos protejamos durante nuestra vida y nos mantengamos unidos.
Comunidad de creyentes. El cristiano es el hombre que ya no busca su salvación, su libertad y su justicia en si mismo, sino únicamente en Jesucristo; vive de la acusación y justificación que proviene de Dios, vive totalmente sometido a la palabra que Dios pronuncia sobre Él, vive íntegramente de la verdad de la palabra de Dios en Jesucristo. Esta palabra ha sido puesta por Dios en boca de los hombres para que sea comunicada a los hombres y transmitida entre ellos; el cristiano por tanto, tiene absoluta necesidad de otros cristianos. Así queda clara la meta de toda comunidad cristiana: permitir nuestro encuentro para que nos revelemos mutuamente la buena nueva de salvación. Esta es la invitación de Dios al reunirnos.
Cristo mediador. Cristo es el mediador entre Dios y los hombres; sin el no podríamos reconocer a dios, ni invocarle; tampoco podríamos reconocer a los hombres como hermanos y acercarnos a ellos. Solamente el hace posible nuestra unión y crea el vinculo que nos mantiene unidos. Ahora los cristianos pueden llegar a ser un solo cuerpo.
La comunidad de Jesucristo. La encarnación de Jesucristo significa que, por gracia y voluntad de dios, se hizo carne, aceptando nuestra naturaleza. Desde entonces, nosotros estamos en Él. Por esa razón la Escritura nos llama el cuerpo de Cristo, sobre este principio descansan todas las enseñanzas y reglas de la escritura, referidas a la vida comunitaria de los cristianos. Solo mediante Jesús nos es posible ser hermanos unos de otros.
La fraternidad cristiana. Esta es una realidad dada por Dios, y es de orden espiritual. Dios nos va llevando al conocimiento de la autentica comunidad cristiana.
La gratitud. Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada día; nuestra falta de gratitud impide que Dios nos conceda los grandes dones espirituales que nos tiene reservados. Debemos dar gracias a Dios diariamente por la comunidad a la que pertenecemos a un cuando esta no tenga que ofrecernos, por ello un pastor jamás debe quejarse de su comunidad, ni siquiera ante Dios; así como el cristiano no debe estar preguntándose constantemente por el estado de su vida espiritual, tampoco Dios nos dio a la comunidad para que estemos constantemente midiendo su temperatura.
La espiritualidad de la comunidad cristiana. Las Escrituras entienden por “espiritualidad” el don del Espíritu Santo que nos hace reconocer a Jesucristo como Señor y Salvador; el fundamento de la comunidad espiritual es la verdad revelada, cuya esencia es la Luz. La comunidad espiritual es la comunión de todos los llamados por Cristo cuyo ámbito es de transparencia, caridad fraterna, del ágape, cuyo servicio es fraterno y ordenado con actitud humilde y sumisa, donde lo que domina es la palabra de Dios, dejándose conducir por el Espíritu como único maestro.
La comunidad forma parte de la iglesia cristiana. La vida de una comunidad bajo la autoridad de la palabra solo se mantendrá vigorosa en la medida en que renuncie a querer ser un movimiento, una sociedad, una agrupación religiosa, un collegium pietatis, y acepte ser parte de la iglesia cristiana. Por eso toda tendencia separatista que no esta objetivamente justificada, constituye un peligro para la vida de la comunidad a quien priva de eficacia espiritual, empujándola hacia el sectarismo.
La unión con Jesucristo. Mas que la experiencia de la fraternidad cristiana, lo que nos mantiene unidos es la fe firme y segura que tenemos en esa fraternidad, es especial vivir juntos entre hermanos por que lo hacemos por Cristo, Él es el vinculo que nos une, solo por el tenemos acceso los unos con los otros y nos regocijamos unidos en el gozo de la comunidad reencontrada.
Resumen de lectura del libro: Vida en Comunidad Primera Parte: La Comunidad
Contrariamente a lo que se piensa, el cristiano no tiene que vivir necesariamente entre cristianos, ni tampoco en la soledad del claustro, sino en el campamento mismo del enemigo. Es voluntad de Dios que la cristiandad sea un pueblo disperso, esparcido como la semilla entre todos los reinos de la tierra.
En Jesucristo son reunidos en uno todos los hijos Dios dispersos, haciéndose esto visible al final de los tiempos cuando los ángeles de Dios reúnan a los elegidos de los cuatro vientos, desde un extremo al otro de los cielos. Hasta entonces el pueblo de Dios permanecerá disperso.
Dios en su gracia permite que en el mundo exista su comunidad, reunida alrededor de su palabra y de los sacramentos. La presencia sensible de los hermanos es para el cristiano fuente incomparable de alegría y consuelo.
Comunidad cristiana significa comunión en Jesucristo y por Jesucristo, ya que es él quien fundamenta la necesidad que los creyentes tienen unos de otros, haciendo posible su comunión.
La meta de toda la comunidad cristiana es permitir el encuentro de los creyentes para revelarse mutuamente la buena noticia de la salvación. Este encuentro solo es posible por la mediación de Jesucristo. Solamente Jesucristo hace posible la unión de los creyentes, creando el vínculo que los mantiene unidos. Solo mediante Jesucristo los creyentes pueden ser hermanos unos de otros.
Lo que verdaderamente fundamenta nuestra comunidad no es lo que nosotros podamos ser en nosotros mismos, con nuestra vida interior y nuestra piedad, sino aquello que somos por el poder de Cristo.
La fraternidad cristiana no es un ideal humano, sino una realidad dada por Dios, y esta realidad es de orden espiritual y no de orden psíquico.
Igual que sucede a nivel individual, la gratitud es esencial en la vida cristiana comunitaria. Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada día.
La fraternidad cristiana no es un ideal a realizar sino una realidad creada por Dios en Cristo, de la que él nos permite participar.
Comunidad espiritual es la comunión de todos los llamados por Cristo, comunidad psíquica es la comunión de las almas piadosas. En la comunidad cristiana es el Espíritu Santo, único maestro, quien hace posible una caridad y un servicio en estado puro, despojado de todo artificio psicológico.
El amor espiritual no acepta otra atadura que la palabra de su Señor. El amor psíquico crea su propia imagen del prójimo, de lo que es y de lo que debe ser; quiere manipular su vida. El amor espiritual, en cambio, parte de Cristo para conocer la verdadera imagen del hombre; la imagen que Cristo ha acuñado y quiere acuñar con su sello.
La vida en común. “Que dulce y agradable es para los hermanos vivir juntos y en armonía” Salmos 133.1 Contrariamente a lo que podrá parecer a primera vista no se deduce que el cristiano tenga que vivir necesariamente entre otros cristianos. El mismo Jesucristo vivió en medio de sus enemigos y al final fue abandonado por todos sus discípulos. El lugar de la vida del cristiano no es la soledad del claustro sino el campamento mismo del enemigo. AHÍ esta su MISION y su TAREA. QUIEN rechaza esto renuncia a formar parte de este REINO y prefiere vivir rodeado de amigos, entre rosas y lirios, lejos de los malvados en un círculo de gente piadosa. “Los dispersare entre los pueblos, pero aun lejos se acordaran de mi”. Zacarías 10.9 Esta es su promesa y su condena. El pueblo de Dios deberá vivir lejos entre los infieles pero será la semilla del reino esparcida en el mundo entero.
Es Dios en su gracia quien permite la existencia en el mundo de semejante comunidad, reunida alrededor de la palabra y el sacramento. Pero esta gracia no es accesible a todos los creyentes. Los prisioneros, enfermos, los aislados en la dispersión, los misioneros, están solos, ellos saben que la existencia de la comunidad visible es una gracia. Por eso su plegaria es del salmista “Recuerdo con emoción cuando marchaba al frente de la multitud hacia la casa de Dios entre gritos de alegría y alabanza de un pueblo en fiesta” Salmo 42.5
Pese a todo, la presencia sensible de los hermanos es para el cristiano fuente incomparable de alegría y consuelo. A través de la presencia del hermano en la fe, el creyente puede alabar al Creador, al Salvador y al Redentor, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. El prisionero, el enfermo el cristiano aislado reconocen en el hermano que les visita un signo visible y misericordioso de la presencia de Dios trino. A veces olvidamos fácilmente que la vida entre cristianos es un don del reino de Dios que nos puede ser arrebatado en cualquier momento y que, en un instante también podemos ser abandonados a la mas completa soledad, por eso a quien le ha sido concedida la gracia extraordinaria de vida comunitaria que alabe a Dios con todo su corazón.
La medida en que Dios concede el don de la comunión visible varía. Una visita, gesto, oración, carta es suficiente para dar al cristiano la certeza de que nunca esta solo. El saludo que el Apóstol Pablo escribía personalmente en sus cartas era un signo de comunión visible.
La comunidad cristiana Significa comunión en Jesucristo y por Jesucristo. Ninguna comunidad cristiana podrá ser más ni menos que eso. Jesucristo es el que fundamenta la necesidad que los creyentes tienen unos de otros; en segundo lugar que solo Jesucristo hace posible su comunión y finalmente que Jesucristo nos ha elegido desde toda la eternidad para que nos acojamos durante nuestra vida y nos mantengamos unidos siempre.
Comunidad de creyentes. El cristiano es el hombre que ya no busca su salvación, su libertad y su justicia en si mismo, sino únicamente en Jesucristo. El cristiano ya no vive por si mismo, de su autoacusacion y su autojustificacion sino de la acusación y justificación que proviene de Dios. En una palabra la comunidad cristiana es obra solamente de Jesucristo y de su justicia extranjera. Por tanto la comunidad de dos creyentes es el fruto de la justificación del hombre por la sola gracia de Dios.
Cristo mediador. Este encuentro, esta comunidad solamente es posible por mediación de Jesucristo. Los hombres están divididos por la discordia. Pero “Jesucristo es nuestra paz” Efesios 2.14 Cristo es el mediador entre Dios y los hombres, sin el no podríamos reconocer a los hombres como hermanos y acercarnos a ellos. El camino esta bloqueado por el YO. Jesucristo hace posible nuestra unión y crea el vinculo que nos mantiene unidos. El es para siempre el único mediador que nos acerca a Dios y a los hermanos.
La comunidad de Jesucristo. En Jesucristo hemos sido elegidos para siempre la encarnación significa que por pura gracia y voluntad de Dios trino, el Hijo de Dios se hizo carne y acepto real y corporalmente nuestra naturaleza, nuestro ser. Desde entonces nosotros estamos en el en su encarnación, en la cruz y en su resurrección. Formamos parte de el porque estamos en el. Dios mismo se encarga de instruirnos en el amor fraterno; todo cuanto nosotros podamos añadir a esto no sera sino recordar la instrucción divina y exhortar a perseverar en ella. A partir de ahí y llamados por Dios a vivir con otros cristianos, podemos comprender que significa tener hermanos. “Hermanos en el Señor” Filp 1.14 llama Pedro a los suyos de Filipos. Solo mediante Jesucristo nos es posible ser hermanos unos con otros. Yo soy hermano de mi projimo por lo que Jesucristo hizo por mi y mi projimo es mi hermano gracias a lo que Jesucristo hizo por el.
La fraternidad cristiana. En adelante debemos renunciar al turbio anhelo que en este ambito nos empuja siempre a desear algo mas. Desear algo mas que lo que Cristo ha fundado entre nosotros no es desear la fraternidad cristiana sino ir en busca de quien sabe que experiencias extraordinarias que piensa va encontrar en la comunidad cristiana asi introduciendo unicamente los propios deseos. La fraternidad cristina no es un ideal humano, sino una realidad dada por Dios y en segundo lugar que esta realidad es de orden espiritual y no de orden psiquico.
Por eso solo la comunidad que, consciente de sus tareas, no sucumbe a la gran decepcion comienza a ser lo que Dios quiere, y alcanza por la fe la promesa que le fue hecha. Cuanto antes llegue esta hora de desilusión para la comunidad y para el mismo creyente, tanto mejor para ambos. Querer evitarlo a cualquier precio y pretender a ferrarse a una imagen quimerica de comunidad, destinada de todos modos a desinflarse, es construir sobre arena y condenarse a la ruina.
Cuando las cosas no salen como a nosotros nos gustaria, hablamos de falta de colaboración, convencidos de que la comunidad se hunde cuando vemos que nuestro sueño se derrumba. De este modo comenzamos por acusar a los hermanos, después a Dios y finalmente, desesperados, dirigimos nuestra amargura contra nosotros mismos.
Todo lo contrario sucede cuando estamos convencidos de que Dios mismo ha puesto el fundamento unico sobre el que edificar nuestra comunidad y que antes de cualquier iniciativ va por nuestra parte, nos ha unido en un solo cuerpo por Jesucristo.
La gratitud Es esencial en la vida cristiana comunitaria. Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada dia. Nuestra falta de gratitud impide que Dios nos conceda los grandes dones espirituales que nos tiene reservados. COMO VA A CONCEDER DIOS LO GRANDE A QUIEN NO SABE RECIBIR CON GRATITUD LO PEQUEÑO.
Debemos dar gracias a Dios diariamente por la comunidad cristiana a la que pertenecemos. Aunque no tenga nada que ofrecernos, aunque sea pecadora y de fe vacilante, ¡ que importa¡ pero si no hacemos mas que quejarnos ante Dios por ser todo tan miserable, tan mezquino, tan poco conforme con lo que habiamos esperado estamos impidiendo que Dios haga crecer nuestra comunidad según la medida y riqueza que nos ha dado en Jesucristo.
La espiritualidad de la comunidad cristiana. La fraternidad cristiana no es un ideal a realizar sino una realidad creada por Dios en Cristo, de la que el nos permite participar. En la medida que reconocemos que Jesucristo es verdaderamente el fundamento, el motor y la promesa de nuestra comunidad, en esa misma medida aprenderemos a pensar en ella, a orar y esperar por ella, con serenidad.
La comunidad cristiana es una realidad de orden Psiquico: el hombre y sus deseos Porque de dentro del corazon del hombre provienen los malos pensamientos. Mc 7.21 que envuelven toda iniciativa humana. Comunión de almas “piadosas” Caridad fraterna “eros” Es el hombre que mediante su experiencia pretende dominar con su experiencia, su fuerza su capacidad de sugestion y su magia religiosa. Influencias de orden personal entre protestas de pureza de intensiones que descontrolan al espiritu santo. (artificio psicologico) El amor de este orden ama al otro por si mismo El amor es ansia no servicio, se desea al projimo. Incapaz de amar a su enemigo Desea una comunidad a su medida y expectativas Espiritual: Es la luz porque Dios es luz y en el no hay tinieblas 1juan 1.5 y si andamos en luz como el esta en la luz estamos en comunión los unos con los otros. 1 juan 1.7 Caridad fraterna “ágape” Actitud de humildad y sumisión hacia los hermanos La palabra de Dios es la que domina Domina unicamente el Espiritu Santo (unico maestro) Orden espiritual ama por Cristo. Servir no desear. Raiz Jesucristo le sirve solo a el y sabe que no hay otro acceso directo al projimo. Cristo esta entre el projimo y yo. En contra de mis ideas y convicciones personales. No hay atadura mas que la palabra del Señor. Claridad de servicio que le Asigna la VERDAD LIBRE bajo la autoridad de la palabra
La comunidad forma parte de la iglesia cristiana Distinguir a tiempo ente ideal humano y realidad de Dios. Una santa y universal participando activa y pacientemente en las angustias, las luchas y la promesa de toda la iglesia. Podria parecer a primera vista que la confusion entre ideal y realidad ente psiquico y espiritual tendria que darse mas bien en comunidades como el matrimonio la familia o la amistad donde lo psiquico desde el inicio juega un papel esencial y lo espiritual se añade después.
Pensar asi es cometer un grave error, la experiencia y un examen objetivo de la realidad prueban exactamente lo contrario. Generalmente en el matrimonio en la familia y la amistad cada uno es consciente de sus verdaderas posibilidades con respecto a la vida en comun; estas formas de sociedades humanas, cuando permanecen sanas permiten distinguir muy bien donde se encuentra el limite entre lo espiritual y lo psiquico.
La union con Jesucristo. Probablemente no exista ningun cristiano a quien Dios no conceda, al menos una vez en la vida la gracia de experimentar felicidad que da una verdadera comunidad cristiana “que dulce y agradable es para los hermanos vivir juntos en armonia” asi celebra la Biblia la gracia de poder vivir unidos bajo la autoridad de la palabra. Armonia (dulce). Es dulce para los hermanos vivir juntos por Cristo porque unicamente Jesucristo es el vinculo que nos une. El es nuestra paz” solo por el tenemos acceso los unos a los otros y nos regocijamos unidos en el gozo de la comunidad reencontrada.
4 comentarios:
SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA MEXICANO
“CAMPUS HOREB”
VIDA EN COMUNIDAD DE DIETRICH BONHOEFFER (RESUMEN)
ALUMNO: RAMON BOA SOSA
Uno de los propósitos de Dios es reinar en medio de su pueblo, aunque para eso tengan que pasar algunas cosas que en el momento parecen contradictorias, ya que a lo largo de la historia Dios ha permitido que su pueblo viva disgregado en medio de infieles, pero no para otra cosa sino para ser semilla de la palabra entre los pueblos.
Es a través de la persona de Jesucristo que el pueblo de Dios se puede mantener unido y así será en los últimos tiempos, aunque en el presente tiempo para algunos esto represente algo doloroso ya que no pueden pertenecer a una comunidad visible como quisieran, puesto que su posición dentro del cuerpo de Cristo no les permite gozar plenamente de esta gracia, como es el caso de los prisioneros, enfermos, misioneros, etc. Es por eso que la palabra de Dios menciona en boca del apóstol Pablo “oro a Dios de noche y día con gran ansia para volver a veros”, así mismo el apóstol Juan sabe que su gozo no será cumplido hasta que este con los suyos y pueda verlos.
Por lo tanto, la presencia del hermano en la fe, permite que otros puedan alabar al creador, al salvador y al redentor, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ahora bien, si el mero encuentro entre dos creyentes produce tanto gozo, que maravillosa felicidad no sentirán aquellos a los que Dios permite vivir continuamente en comunidad con otros creyentes. En otras palabras, la comunidad Cristiana es obra solamente de Jesucristo y de su justicia.
Jesucristo es:
*Cristo Mediador
*La comunidad de Jesucristo.
Solamente a través de Jesucristo nos es posible ser hermanos.
Hay un principio que es muy rescatable en esta lectura, hablando específicamente de la vida en comunidad y que debería, creo yo, puesta en marcha siempre, “Cuando la vida en comunidad está gravemente amenazada, por el pecado y la incomprensión, el hermano aunque pecador, sigue siendo mi hermano. Estoy con él bajo la palabra de Cristo, y su pecado puede ser para mí una nueva ocasión de dar gracias a Dios por permitirnos vivir bajo su gracia”.
La gratitud, s también esencial en la vida cristiana comunitaria. Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada día. Muy a menudo oramos para que se nos concedan grandes cosas y nos olvidamos de agradecer las pequeñas, es verdad ¡qué ingratos somos!.
El autor realiza un contraste entre comunidad:
*espiritual ama a otro por Cristo.
*Psíquica ama a otro por sí mismo.
El contraste lo podemos identificar de la siguiente manera, el amor de orden espiritual su deseo es servir y no desear como lo manifestaría el orden psíquico. ¡qué gran diferencia! En buscar lo de arriba y no buscar lo que a mí me gusta.
En la palabra de Dios encontramos formas que nos acercan a plenitud a lo que Dios demanda, y los Salmos son ejemplo de ello, ya que en su lectura encontramos una enseñanza en la oración sobre el fundamento de la oración de Cristo, nos enseña:
*A orar sobre la base de la palabra de Dios y de sus promesas.
*Nos enseña lo que debemos expresar en nuestras oraciones.
En la vida en comunidad, es frecuente encontrar quejas en lugar de gozo y regocijo por la palabra de Dios, porque para algunos es muy compleja y larga, ante tal situación, debemos enseñar en la comunidad Cristiana que toda lectura bíblica , aún la más corta, es demasiado larga. Esto quiere decir, que debemos entender la palabra, no por su extensión sino por el mensaje que proporciona. Porque quien no desea conocer la escritura, no es un cristiano evangélico.
Tanto la lectura de la palabra, la lectura de los salmos, se debe añadir el canto en común, con él la voz de la Iglesia alaba, agradece e implora a su señor. Cuando hablamos de la adoración a Dios, específicamente en el canto, debemos tener presente que se presentan algunos casos en los cuales se rompe la unidad de la comunidad, dado que algunos hemos matizado la alabanza de acuerdo a nuestro estado de ánimo, algunos queriendo sobresalir por encima de otros y algunos mas no queriendo unirse al canto por su mal humor. Lo que debemos mantener como pueblo cristiano, que el canto al unísono, por difícil que sea, más que musical, es una cuestión espiritual.
La palabra de Dios, la voz de la Iglesia y nuestra oración forman una unidad. La oración en común es efectivamente el acto más natural de la vida cristiana comunitaria. La oración de la mañana determina la “suerte” del día. En resumen, es necesario que se considere ampliamente la vida en comunidad, es realmente indispensable que la comunidad cristiana de gracias a Dios por el privilegio obtenido a través de la sangre de Jesús al poder vivir en compañía de otros creyentes y mantener a pesar de los problemas y las dificultades la conexión en Cristo Jesús.
VIDA EN COMUN.
DE: LA COMUNIDAD.
AUTOR: DIETRISCH BONHOEFFER.
FORTUNATO FELIPE GARCIA.
La vida en común.
Contrariamente a lo que podría parecer a primera vista, no se deduce que el cristiano tenga que vivir necesariamente entre cristianos; el lugar de la vida del cristiano es el campamento mismo del enemigo. Ahí esta su misión y su tarea; el hecho de que, en el tiempo comprendido entre la muerte de Jesucristo y el ultimo día, los cristianos puedan vivir con otros cristianos en una comunidad visible ya sobre la tierra no es sino una anticipación del reino que ha de venir, es una gracia pese a todo, la presencia sensible de los hermanos es para el cristiano fuente incomparable de consuelo. A través de la presencia del hermano en la fe, el creyente puede alabar a Cristo, al Padre y el Espíritu Santo, la bendición que mutuamente se dan es la del mismo Jesucristo.
La comunidad cristiana.
Comunidad cristiana significa, comunión en Cristo y por Cristo; esto significa en primer lugar, que Jesucristo es el que fundamenta la necesidad que los creyentes tienen unos de otros; en segundo lugar, que solo Jesucristo hace posible su comunión y, finalmente, que Jesucristo nos ha elegido desde la eternidad, para que nos protejamos durante nuestra vida y nos mantengamos unidos.
Comunidad de creyentes.
El cristiano es el hombre que ya no busca su salvación, su libertad y su justicia en si mismo, sino únicamente en Jesucristo; vive de la acusación y justificación que proviene de Dios, vive totalmente sometido a la palabra que Dios pronuncia sobre Él, vive íntegramente de la verdad de la palabra de Dios en Jesucristo. Esta palabra ha sido puesta por Dios en boca de los hombres para que sea comunicada a los hombres y transmitida entre ellos; el cristiano por tanto, tiene absoluta necesidad de otros cristianos. Así queda clara la meta de toda comunidad cristiana: permitir nuestro encuentro para que nos revelemos mutuamente la buena nueva de salvación. Esta es la invitación de Dios al reunirnos.
Cristo mediador.
Cristo es el mediador entre Dios y los hombres; sin el no podríamos reconocer a dios, ni invocarle; tampoco podríamos reconocer a los hombres como hermanos y acercarnos a ellos. Solamente el hace posible nuestra unión y crea el vinculo que nos mantiene unidos. Ahora los cristianos pueden llegar a ser un solo cuerpo.
La comunidad de Jesucristo.
La encarnación de Jesucristo significa que, por gracia y voluntad de dios, se hizo carne, aceptando nuestra naturaleza. Desde entonces, nosotros estamos en Él. Por esa razón la Escritura nos llama el cuerpo de Cristo, sobre este principio descansan todas las enseñanzas y reglas de la escritura, referidas a la vida comunitaria de los cristianos. Solo mediante Jesús nos es posible ser hermanos unos de otros.
La fraternidad cristiana.
Esta es una realidad dada por Dios, y es de orden espiritual. Dios nos va llevando al conocimiento de la autentica comunidad cristiana.
La gratitud.
Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada día; nuestra falta de gratitud impide que Dios nos conceda los grandes dones espirituales que nos tiene reservados. Debemos dar gracias a Dios diariamente por la comunidad a la que pertenecemos a un cuando esta no tenga que ofrecernos, por ello un pastor jamás debe quejarse de su comunidad, ni siquiera ante Dios; así como el cristiano no debe estar preguntándose constantemente por el estado de su vida espiritual, tampoco Dios nos dio a la comunidad para que estemos constantemente midiendo su temperatura.
La espiritualidad de la comunidad cristiana.
Las Escrituras entienden por “espiritualidad” el don del Espíritu Santo que nos hace reconocer a Jesucristo como Señor y Salvador; el fundamento de la comunidad espiritual es la verdad revelada, cuya esencia es la Luz. La comunidad espiritual es la comunión de todos los llamados por Cristo cuyo ámbito es de transparencia, caridad fraterna, del ágape, cuyo servicio es fraterno y ordenado con actitud humilde y sumisa, donde lo que domina es la palabra de Dios, dejándose conducir por el Espíritu como único maestro.
La comunidad forma parte de la iglesia cristiana.
La vida de una comunidad bajo la autoridad de la palabra solo se mantendrá vigorosa en la medida en que renuncie a querer ser un movimiento, una sociedad, una agrupación religiosa, un collegium pietatis, y acepte ser parte de la iglesia cristiana. Por eso toda tendencia separatista que no esta objetivamente justificada, constituye un peligro para la vida de la comunidad a quien priva de eficacia espiritual, empujándola hacia el sectarismo.
La unión con Jesucristo.
Mas que la experiencia de la fraternidad cristiana, lo que nos mantiene unidos es la fe firme y segura que tenemos en esa fraternidad, es especial vivir juntos entre hermanos por que lo hacemos por Cristo, Él es el vinculo que nos une, solo por el tenemos acceso los unos con los otros y nos regocijamos unidos en el gozo de la comunidad reencontrada.
Resumen de lectura del libro: Vida en Comunidad
Primera Parte: La Comunidad
Contrariamente a lo que se piensa, el cristiano no tiene que vivir necesariamente entre cristianos, ni tampoco en la soledad del claustro, sino en el campamento mismo del enemigo. Es voluntad de Dios que la cristiandad sea un pueblo disperso, esparcido como la semilla entre todos los reinos de la tierra.
En Jesucristo son reunidos en uno todos los hijos Dios dispersos, haciéndose esto visible al final de los tiempos cuando los ángeles de Dios reúnan a los elegidos de los cuatro vientos, desde un extremo al otro de los cielos. Hasta entonces el pueblo de Dios permanecerá disperso.
Dios en su gracia permite que en el mundo exista su comunidad, reunida alrededor de su palabra y de los sacramentos. La presencia sensible de los hermanos es para el cristiano fuente incomparable de alegría y consuelo.
Comunidad cristiana significa comunión en Jesucristo y por Jesucristo, ya que es él quien fundamenta la necesidad que los creyentes tienen unos de otros, haciendo posible su comunión.
La meta de toda la comunidad cristiana es permitir el encuentro de los creyentes para revelarse mutuamente la buena noticia de la salvación. Este encuentro solo es posible por la mediación de Jesucristo. Solamente Jesucristo hace posible la unión de los creyentes, creando el vínculo que los mantiene unidos. Solo mediante Jesucristo los creyentes pueden ser hermanos unos de otros.
Lo que verdaderamente fundamenta nuestra comunidad no es lo que nosotros podamos ser en nosotros mismos, con nuestra vida interior y nuestra piedad, sino aquello que somos por el poder de Cristo.
La fraternidad cristiana no es un ideal humano, sino una realidad dada por Dios, y esta realidad es de orden espiritual y no de orden psíquico.
Igual que sucede a nivel individual, la gratitud es esencial en la vida cristiana comunitaria. Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada día.
La fraternidad cristiana no es un ideal a realizar sino una realidad creada por Dios en Cristo, de la que él nos permite participar.
Comunidad espiritual es la comunión de todos los llamados por Cristo, comunidad psíquica es la comunión de las almas piadosas. En la comunidad cristiana es el Espíritu Santo, único maestro, quien hace posible una caridad y un servicio en estado puro, despojado de todo artificio psicológico.
El amor espiritual no acepta otra atadura que la palabra de su Señor. El amor psíquico crea su propia imagen del prójimo, de lo que es y de lo que debe ser; quiere manipular su vida. El amor espiritual, en cambio, parte de Cristo para conocer la verdadera imagen del hombre; la imagen que Cristo ha acuñado y quiere acuñar con su sello.
PROFESOR. PASTOR RAFAEL POLA BACA
VIDA EN COMUNIDAD
Dietrich Bonhoffer
Alumna: Rebeca Briones Jacome
1. la comunidad
La vida en común.
“Que dulce y agradable es para los hermanos vivir juntos y en armonía” Salmos 133.1
Contrariamente a lo que podrá parecer a primera vista no se deduce que el cristiano tenga que vivir necesariamente entre otros cristianos. El mismo Jesucristo vivió en medio de sus enemigos y al final fue abandonado por todos sus discípulos.
El lugar de la vida del cristiano no es la soledad del claustro sino el campamento mismo del enemigo. AHÍ esta su MISION y su TAREA.
QUIEN rechaza esto renuncia a formar parte de este REINO y prefiere vivir rodeado de amigos, entre rosas y lirios, lejos de los malvados en un círculo de gente piadosa.
“Los dispersare entre los pueblos, pero aun lejos se acordaran de mi”. Zacarías 10.9
Esta es su promesa y su condena. El pueblo de Dios deberá vivir lejos entre los infieles pero será la semilla del reino esparcida en el mundo entero.
Es Dios en su gracia quien permite la existencia en el mundo de semejante comunidad, reunida alrededor de la palabra y el sacramento. Pero esta gracia no es accesible a todos los creyentes. Los prisioneros, enfermos, los aislados en la dispersión, los misioneros, están solos, ellos saben que la existencia de la comunidad visible es una gracia. Por eso su plegaria es del salmista “Recuerdo con emoción cuando marchaba al frente de la multitud hacia la casa de Dios entre gritos de alegría y alabanza de un pueblo en fiesta” Salmo 42.5
Pese a todo, la presencia sensible de los hermanos es para el cristiano fuente incomparable de alegría y consuelo.
A través de la presencia del hermano en la fe, el creyente puede alabar al Creador, al Salvador y al Redentor, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. El prisionero, el enfermo el cristiano aislado reconocen en el hermano que les visita un signo visible y misericordioso de la presencia de Dios trino.
A veces olvidamos fácilmente que la vida entre cristianos es un don del reino de Dios que nos puede ser arrebatado en cualquier momento y que, en un instante también podemos ser abandonados a la mas completa soledad, por eso a quien le ha sido concedida la gracia extraordinaria de vida comunitaria que alabe a Dios con todo su corazón.
La medida en que Dios concede el don de la comunión visible varía. Una visita, gesto, oración, carta es suficiente para dar al cristiano la certeza de que nunca esta solo. El saludo que el Apóstol Pablo escribía personalmente en sus cartas era un signo de comunión visible.
La comunidad cristiana
Significa comunión en Jesucristo y por Jesucristo. Ninguna comunidad cristiana podrá ser más ni menos que eso.
Jesucristo es el que fundamenta la necesidad que los creyentes tienen unos de otros; en segundo lugar que solo Jesucristo hace posible su comunión y finalmente que Jesucristo nos ha elegido desde toda la eternidad para que nos acojamos durante nuestra vida y nos mantengamos unidos siempre.
Comunidad de creyentes. El cristiano es el hombre que ya no busca su salvación, su libertad y su justicia en si mismo, sino únicamente en Jesucristo.
El cristiano ya no vive por si mismo, de su autoacusacion y su autojustificacion sino de la acusación y justificación que proviene de Dios. En una palabra la comunidad cristiana es obra solamente de Jesucristo y de su justicia extranjera. Por tanto la comunidad de dos creyentes es el fruto de la justificación del hombre por la sola gracia de Dios.
Cristo mediador. Este encuentro, esta comunidad solamente es posible por mediación de Jesucristo. Los hombres están divididos por la discordia. Pero “Jesucristo es nuestra paz” Efesios 2.14
Cristo es el mediador entre Dios y los hombres, sin el no podríamos reconocer a los hombres como hermanos y acercarnos a ellos. El camino esta bloqueado por el YO.
Jesucristo hace posible nuestra unión y crea el vinculo que nos mantiene unidos. El es para siempre el único mediador que nos acerca a Dios y a los hermanos.
La comunidad de Jesucristo. En Jesucristo hemos sido elegidos para siempre la encarnación significa que por pura gracia y voluntad de Dios trino, el Hijo de Dios se hizo carne y acepto real y corporalmente nuestra naturaleza, nuestro ser. Desde entonces nosotros estamos en el en su encarnación, en la cruz y en su resurrección. Formamos parte de el porque estamos en el.
Dios mismo se encarga de instruirnos en el amor fraterno; todo cuanto nosotros podamos añadir a esto no sera sino recordar la instrucción divina y exhortar a perseverar en ella.
A partir de ahí y llamados por Dios a vivir con otros cristianos, podemos comprender que significa tener hermanos. “Hermanos en el Señor” Filp 1.14 llama Pedro a los suyos de Filipos. Solo mediante Jesucristo nos es posible ser hermanos unos con otros. Yo soy hermano de mi projimo por lo que Jesucristo hizo por mi y mi projimo es mi hermano gracias a lo que Jesucristo hizo por el.
La fraternidad cristiana. En adelante debemos renunciar al turbio anhelo que en este ambito nos empuja siempre a desear algo mas. Desear algo mas que lo que Cristo ha fundado entre nosotros no es desear la fraternidad cristiana sino ir en busca de quien sabe que experiencias extraordinarias que piensa va encontrar en la comunidad cristiana asi introduciendo unicamente los propios deseos.
La fraternidad cristina no es un ideal humano, sino una realidad dada por Dios y en segundo lugar que esta realidad es de orden espiritual y no de orden psiquico.
Por eso solo la comunidad que, consciente de sus tareas, no sucumbe a la gran decepcion comienza a ser lo que Dios quiere, y alcanza por la fe la promesa que le fue hecha. Cuanto antes llegue esta hora de desilusión para la comunidad y para el mismo creyente, tanto mejor para ambos. Querer evitarlo a cualquier precio y pretender a ferrarse a una imagen quimerica de comunidad, destinada de todos modos a desinflarse, es construir sobre arena y condenarse a la ruina.
Cuando las cosas no salen como a nosotros nos gustaria, hablamos de falta de colaboración, convencidos de que la comunidad se hunde cuando vemos que nuestro sueño se derrumba. De este modo comenzamos por acusar a los hermanos, después a Dios y finalmente, desesperados, dirigimos nuestra amargura contra nosotros mismos.
Todo lo contrario sucede cuando estamos convencidos de que Dios mismo ha puesto el fundamento unico sobre el que edificar nuestra comunidad y que antes de cualquier iniciativ va por nuestra parte, nos ha unido en un solo cuerpo por Jesucristo.
La gratitud
Es esencial en la vida cristiana comunitaria. Dios concede lo mucho a quien sabe agradecer lo poco que recibe cada dia. Nuestra falta de gratitud impide que Dios nos conceda los grandes dones espirituales que nos tiene reservados.
COMO VA A CONCEDER DIOS LO GRANDE A QUIEN NO SABE RECIBIR CON GRATITUD LO PEQUEÑO.
Debemos dar gracias a Dios diariamente por la comunidad cristiana a la que pertenecemos. Aunque no tenga nada que ofrecernos, aunque sea pecadora y de fe vacilante, ¡ que importa¡ pero si no hacemos mas que quejarnos ante Dios por ser todo tan miserable, tan mezquino, tan poco conforme con lo que habiamos esperado estamos impidiendo que Dios haga crecer nuestra comunidad según la medida y riqueza que nos ha dado en Jesucristo.
La espiritualidad de la comunidad cristiana.
La fraternidad cristiana no es un ideal a realizar sino una realidad creada por Dios en Cristo, de la que el nos permite participar. En la medida que reconocemos que Jesucristo es verdaderamente el fundamento, el motor y la promesa de nuestra comunidad, en esa misma medida aprenderemos a pensar en ella, a orar y esperar por ella, con serenidad.
La comunidad cristiana es una realidad de orden
Psiquico:
el hombre y sus deseos
Porque de dentro del corazon del hombre provienen los malos pensamientos. Mc 7.21 que envuelven toda iniciativa humana.
Comunión de almas “piadosas”
Caridad fraterna “eros”
Es el hombre que mediante su experiencia pretende dominar con su experiencia, su fuerza su capacidad de sugestion y su magia religiosa.
Influencias de orden personal entre protestas de pureza de intensiones que descontrolan al espiritu santo. (artificio psicologico)
El amor de este orden ama al otro por si mismo
El amor es ansia no servicio, se desea al projimo.
Incapaz de amar a su enemigo
Desea una comunidad a su medida y expectativas
Espiritual:
Es la luz porque Dios es luz y en el no hay tinieblas 1juan 1.5 y si andamos en luz como el esta en la luz estamos en comunión los unos con los otros. 1 juan 1.7
Caridad fraterna “ágape”
Actitud de humildad y sumisión hacia los hermanos
La palabra de Dios es la que domina
Domina unicamente el Espiritu Santo (unico maestro)
Orden espiritual ama por Cristo.
Servir no desear.
Raiz Jesucristo le sirve solo a el y sabe que no hay otro acceso directo al projimo.
Cristo esta entre el projimo y yo.
En contra de mis ideas y convicciones personales.
No hay atadura mas que la palabra del Señor.
Claridad de servicio que le Asigna la VERDAD
LIBRE bajo la autoridad de la palabra
La comunidad forma parte de la iglesia cristiana
Distinguir a tiempo ente ideal humano y realidad de Dios.
Una santa y universal participando activa y pacientemente en las angustias, las luchas y la promesa de toda la iglesia.
Podria parecer a primera vista que la confusion entre ideal y realidad ente psiquico y espiritual tendria que darse mas bien en comunidades como el matrimonio la familia o la amistad donde lo psiquico desde el inicio juega un papel esencial y lo espiritual se añade después.
Pensar asi es cometer un grave error, la experiencia y un examen objetivo de la realidad prueban exactamente lo contrario. Generalmente en el matrimonio en la familia y la amistad cada uno es consciente de sus verdaderas posibilidades con respecto a la vida en comun; estas formas de sociedades humanas, cuando permanecen sanas permiten distinguir muy bien donde se encuentra el limite entre lo espiritual y lo psiquico.
La union con Jesucristo.
Probablemente no exista ningun cristiano a quien Dios no conceda, al menos una vez en la vida la gracia de experimentar felicidad que da una verdadera comunidad cristiana
“que dulce y agradable es para los hermanos vivir juntos en armonia” asi celebra la Biblia la gracia de poder vivir unidos bajo la autoridad de la palabra.
Armonia (dulce). Es dulce para los hermanos vivir juntos por Cristo porque unicamente Jesucristo es el vinculo que nos une.
El es nuestra paz” solo por el tenemos acceso los unos a los otros y nos regocijamos unidos en el gozo de la comunidad reencontrada.
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