EL DIA EN SOLEDAD. DE: LA COMUNIDAD. AUTOR: DIETRISCH BONHOEFFER. FORTUNATO FELIPE GARCIA.
SABER ESTAR SOLO. La comunidad cristiana no es un sanatorio espiritual. Refugiarse en ella huyendo de si mismo es convertirla en lugar de parloteo y distracción, por lo que en realidad buscan es olvidar por un buen tiempo, la propia soledad y que, por lo mismo, sumerge al hombre en una soledad todavía mas mortal. Tales tentativas tienen como resultado la anulación de la palabra de Dios y de toda experiencia autentica, y provoca la resignación y la muerte espiritual. El que no sepa estar solos, que tenga cuidado con la vida en comunidad. No podrá sino hacerle daño y hacerse daño a si mismo.
SABER VIVIR EN COMUNIDAD. El que no sepa vivir en comunidad, que tenga cuidado con la soledad; solo dentro de la comunidad podemos estar solos, y solo aquel que sabe estar solo puede vivir en comunidad. Ambas cosas van unidas. Solo en la comunidad aprendemos la verdadera soledad, y únicamente en la soledad adquirimos realmente el sentido de la comunidad; sin embargo, no se trata de dos experiencias sucesivas, ambas comienzan al mismo tiempo: con la llamada de Jesucristo.
La señal distintiva de la soledad es el silencio, como la palabra lo es de la comunidad. La palabra oportuna nace del silencio, y el silencio, de la palabra. La palabra que fundamenta y une de nuevo a la comunidad va acompañada de silencio, esto se dará sobre todo antes y después del culto.
ESCUCHAR A DIOS. El silencio observado antes de escuchas la palabra de Dios repercutirá sobre toda la jornada, nos enseñara a vivir midiendo nuestras palabras; el silencio del cristiano es un silencio expectante, humilde, y que, por esto, acepta ser interrumpido. Es un silencio que esta en comunicación con la palabra, hace que la entendamos mejor y la pronunciemos adecuadamente.
Existen tres cosas para las que el cristiano necesita de un tiempo aparte a lo largo de la jornada: la reflexión bíblica, la oración y la intercesión (es lo que se conoce por meditación diaria).
LA MEDITACIÓN DIARIA. El tiempo de la meditación diaria debe estar dedicado exclusivamente a la reflexión bíblica personal, a la oración personal y a nuestra intersección personal. En la lectura del texto (que es breve, seleccionado y puede ser el mismo a lo largo de la semana) de nuestra meditación diaria contamos con la promesa de que tiene algo muy personal que decirnos hoy para nuestra vida y para cada uno de nosotros. Por eso debemos comenzar nuestra meditación diaria pidiendo a Dios que nos envié su Santo Espíritu para que nos revele la Escritura y nos ilumine.
No es necesario que en la meditación nos esforcemos en pensar y orar con palabras. A veces son preferibles la reflexión y la oración silenciosas, frutos de una actitud receptiva, y no es tiempo para la introspección. Solo la palabra debe retener nuestra atención y debemos someter todo a su eficacia.
LA ORACIÓN PERSONAL. La reflexión bíblica nos conduce a la oración y a aprender a dejarnos guiar por la palabra bíblica y orar sobre la base del texto. Orar significa, prepararme a recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados y tentaciones; por ello aquí todo puede decirse delante de Dios, en silencio, con la certeza de que nuestra oración es escuchada porque procede de la palabra y promesa de Dios.
LA INTERCESIÓN. Una comunidad cristiana vive gracias a los ruegos que hacen sus miembros unos por otros; no hay antipatía, ni tensión, ni desacuerdo personal que no puedan superarse orando por otro. Interceder significa, presentar al hermano ante Dios; conceder al hermano el mismo derecho que nosotros hemos recibido y tener parte en su misericordia. Vemos que la intercesión es algo preciso y concreto, que exige tiempo a todo cristiano, y sobre todo, al pastor responsable de la comunidad; es un don de Dios para todo cristiano y para toda comunidad cristiana.
PRESENCIA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA. El cristiano debe saber que todo lo que haga durante las horas que esta solo influye en la vida de la comunidad. Toda autodisciplina del cristiano es un servicio que presta a la comunidad. Y por otro lado, no existe pecado –por personal y secreto que sea- de pensamiento, palabra y obra que no dañe a la comunidad. De esta manera, por ser miembros de un solo cuerpo somos para Él instrumento de santidad o de perdición.
SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA MEXICANO “CAMPUS HOREB” VIDA EN COMUNIDAD. EL DIA EN SOLEDAD DE DIETRICH BONHOEFFER (RESUMEN) ALUMNO: RAMON BOA SOSA
SABER ESTAR SOLO: “El silencio, oh Dios, es tu alabanza en Sión. Muchos buscan la comunidad por miedo a la soledad. Su incapacidad de soledad les empuja hacia otros, hay algunos cristianos que no peden estar solos por experiencias negativas consigo mismos y lo que debían reprocharse a sí mismos se lo reprochan a la comunidad cristiana. Refugiarse en ella huyendo de sí mismos es convertirla en distracción, incluso bajo la apariencia de una elevada espiritualidad. Tales tentativas tienen como resultado la anulación de la palabra de Dios y de toda experiencia autentica, y provocan la resignación y la muerte espiritual. El que no sepa estar solo, que tenga cuidado con la vida en comunidad.
SABER VIVIR EN COMUNIDAD: El que no sepa vivir en comunidad, que tenga cuidado con la soledad, esto es porque el cristiano no está solo, incluso en la muerte y en el día del juicio no será sino un miembro de la gran comunidad de Jesucristo. Solo en la verdadera comunidad aprenderás la verdadera soledad, y únicamente en la soledad adquirimos realmente el sentido de la comunidad.
ESCUCHAR A DIOS: Callamos antes de escuchar porque nuestros pensamientos ya están dirigidos hacia el mensaje, al igual que calla un niño cuando entra en la habitación de su padre. Callamos después de oír la palabra de Dios, porque ella resuena, vive y quiere permanecer en nosotros. Callamos por tanto, únicamente por causa de la palabra y esta actitud no significa que la despreciemos, sino que deseamos honrarla y recibirla como es debido. Callar, en definitiva, no significa otra cosa que estar atentos a la palabra para poder caminar con su bendición. Sin embargo, existe un silencio indebido, un silencio que se complace así mismo, orgulloso y agresivo, que viene a demostrar que lo que importa no es el silencio en sí mismo. El silencio del cristiano es un silencio expectante, humilde y que, por esto, acepta ser interrumpido. Saber callar ante la palabra de Dios, en cambio, hace que la entendamos mejor y pronunciemos adecuadamente, así se evitan muchas palabras inútiles. Lo esencial, lo que conviene, puede decirse en pocas palabras. El silencio puede no ser más que un horrible desierto lleno de terror, o bien un paraíso artificial, pero lo uno no es mejor que lo otro.
LA MEDITCION DIARIA: El tiempo de la meditación diaria debe estar dedicado exclusivamente a la reflexión bíblica personal, a la oración personal y a nuestra intercesión personal. Los experimentos espirituales no tienen cabida aquí. Es tiempo de meditación personal no es un salto en el vacío sin fondo de la soledad, sino una ocasión de encontrar la paz en Cristo Jesús.
ORACION PERSONAL: La reflexión bíblica nos conduce a la oración, debemos aprender a dejarnos guiar por la palabra bíblica y orar sobre la base del texto. Por tanto, orar no significa otra cosa que prepararme a recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados tentaciones. Es así que nuestra oración es escuchada porque procede de la palabra y promesa de Dios. LA INTERCESION: Cada cristiano tiene su propio círculo de conocidos que se han encomendado a sus oraciones, o por los que él se siente obligado a orar. Una comunidad cristiana vive gracias a los ruegos que hacen sus miembros unos por otros, de lo contrario moriría. La intercesión es el baño purificador donde el individuo y la comunidad deben sumergirse cada día. Interceder por otro no significa otra cosa que presentar al hermano ante Dios. Por todo esto vemos que la intercesión es un servicio que debemos cada día a Dios y a nuestros hermanos. Cuanto más precisa sea la intercesión tanto más fecunda. Finalmente no podemos ignorar que el acto de interceder exige tiempo a todo cristiano y, sobre todo, al pastor responsable de la comunidad.
PRESENCIA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA: La reflexión bíblica, la oración y la intercesión son el culto que debemos a Dios y donde él nos comunica su gracia. No retrata de legalismos, sino de disciplina y fidelidad. Para la mayoría, la primera hora de la mañana será la más adecuada. Son numerosas las horas que, cada día, el cristiano pasa solo en un ambiente no cristiano. Así es puesto a prueba. En estas horas de prueba se pone de manifiesto el valor de la meditación, el valor de la comunidad cristiana. El cristiano debe saber que todo lo que haga durante las horas que está solo influye en la vida de la comunidad. El que, después de la jornada de trabajo, regresa a la comunidad trae consigo la bendición que ha recibido en los momentos que ha pasado solo, pero, al mismo tiempo, recibe la bendición que procede de la comunidad.
Resumen de lectura del libro: Vida en Comunidad Tercera Parte: El día en soledad
Solo dentro de la comunidad podemos estar solos, y solo aquel que sabe estar solo puede vivir en comunidad. Solo en la comunidad aprendemos la verdadera soledad, y únicamente en la soledad adquirimos realmente el sentido de la comunidad; sin embargo, no se trata de dos experiencias sucesivas, ambas comienzan al mismo tiempo: con la llamada de Jesucristo.
La comunidad diaria de la familia cristiana camina a la par de la soledad diaria de cada uno de sus miembros. Debe ser así. De lo contrario, individuo y comunidad se verán afectados de impotencia.
La señal distintiva de la soledad es el silencio, como la palabra lo es de la comunidad. Silencio y palabra guardan la misma íntima relación que soledad y comunidad. Lo uno no se da sin lo otro. La palabra oportuna nace del silencio, y el silencio de la palabra.
Callamos después de oír la palabra de Dios, porque ella resuena, vive y quiere permanecer en nosotros. El silencio observado antes de escuchar la palabra de Dios repercutirá sobre toda la jornada. Nos enseñará a vivir midiendo nuestras palabras.
Existen tres cosas para las que el cristiano necesita de un tiempo aparte a lo largo de la jornada: la reflexión bíblica, la oración y la intercesión. Las tres constituyen lo que se conoce por meditación diaria.
Solo la palabra debe retener nuestra atención y debemos someter todo a su eficacia. Es posible que Dios mismo nos envíe esas horas de vacío y aridez espiritual para que aprendamos a esperarlo todo de su palabra. “Busca a Dios, no la alegría”, es la regla fundamental de la meditación personal. Y su promesa, esta: es buscando únicamente a Dios como tú encontrarás la alegría.
La reflexión bíblica nos conduce a la oración. El camino mas fecundo para la oración es la Escritura. Debemos aprender a dejarnos guiar por la palabra bíblica y orar sobre la base del texto. Por tanto, orar no significa otra cosa que prepararme a recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados y tentaciones.
Una comunidad cristiana vive gracias a los ruegos que hacen sus miembros unos por otros; de lo contrario moriría. La intercesión es el baño purificador donde el individuo y la comunidad deben sumergirse cada día. Interceder por otro significa conceder al hermano el mismo derecho que nosotros hemos recibido, a saber: estar delante de Cristo y tener parte en su misericordia.
La reflexión bíblica, la oración y la intercesión son el culto que debemos a Dios y donde él nos comunica su gracia.
El que, después de la jornada de trabajo, regresa a la comunidad trae consigo la bendición que ha recibido en los momentos que ha pasado solo, pero, al mismo tiempo, recibe la bendición que procede de la comunidad. Dichoso aquel que es capaz de estar solo gracias a la fuerza que recibe de la comunidad, y dichoso el que es capaz de mantener la unión con la comunidad por la fuerza de la soledad.
Saber estar solo. Antes de convivir con la iglesia debemos saber estar solos y no tener miedo o huir de nosotros mismos. Algunas personas buscan una congregacion para sanar sus experiencias negativas pero debe ser al contrario aunque la comunidad pero sobre todo Jesucristo sana, debemos buscar una experiencia auntentica con Dios y la comunidad cristiana y no llegar a una muerte espiritual.
Saber vivir en comunidad Se aplica lo anterior y a la inversa, debemos saber convivir y vivir en comunidad sino quiere decir que probablemente no nos ha llamado o unido Cristo, de modo que si hablaremos en comunidad que sea para edificacion y crecimiento sino el silencio sera lo mas adecuado y que ademas de ahorrarnos conflictos tambien dara una señal distintiva de que Dios nos ha llenado con su palabra.
Escuhar a Dios Callamos antes de escuchar porque nuestros pensamientos ya estan dirigidos hacia el mensaje, callamos despues de oir la palabra de Dios, porque ella resuena, vive y quiere permanecer en nosotros. Callamos al levantarse la mañana y callamos al caer la noche porque ES A DIOS A QUIEN CORRESPONDE LA PRIMERA Y ULTIMA PALABRA DEL DIA. No por otra cosa sino porque reconocemos y recibimos como es debido. En este el silencio puede resultar un acto positivo dentro de lo espiritual, pero claro sin llegar a los extremos. Existen tres cosas que el cristiano necesita de un tiempo aparte a lo largo de la jornada, la reflexion biblica, la oracion y la intersecion, estas tres cosas constituyen MEDITACION DIARIA. Esta es algo a lo que deberiamos dedicarnos sumada con las otras necesidades y actitudes dentro de la vida en comunidad y tambien en soledad que nos lleva al mismo sentido (lo que Cristo ha ya hecho por nosotros) No es necesario que la meditacion nos esforcemos en pensar y orar con palabras. A veces son preferibles la reflexion y la oracion silenciosa, frutos de una actitud receptiva. Tambien no debemos halagar nuestra vanidad con palabras u oraciones que nos distraen de lo verdaderamente fundamental (Cristo y su sacrificio, del cual nosotros mereciamos pero sin embargo el nos deja con enorme libertad)
No son experiencias extraordinarias o inesperadas (sensacionalistas) aunque en efecto debemos apasionarnos por meditar en el Señor, pero como una practica continua dentro de nuestro propio estilo de vida. Hay que esperar todo de la palabra de Dios. “Busca a Dios no la alegria” es la regla de la meditacion personal.
LA ORACION PERSONAL Reflexion biblica que nos conduce a la oracion. (Biblia, Sagradas Escrituras) esto es una preparacion para recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados y tentaciones. Todo lo que no se puede decir en una oracion colectiva este es el momento mas adecuado. Debemos estar seguros que nuestras oraciones son escuchadas porque proceden de la palabra de Dios y promesas de el. El problema que existe es que podemos perdernos entre nuestros pensamientos y no dirigirnos correctamente y hundirnos y dispersarnos; por una tendencia natural del ser humano pero debemos concentrarnos y no distraernos para llegar a una verdadera comunicación con Dios.
LA INTERCESION Esto forma parte importante que rogemos unos por otros, teniendo en cuenta que Dios conforme a sus propositos y voluntad nos responde, pero es de importancia para la iglesia y comunidad cristiana, ademas que reconforta al hermano y nos reconcilia con Cristo cada dia. NUNCA debemos negarnos a interceder por medio de la oracion por nuestro hermano que esta en pecado, desesperanza o conflicto ya que nuestra razon y el centro Jesucristo nos une.
PRESENCIA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA El cristiano debe ya tener como establecido y como regla que todo lo que hace fuera de la iglesia o comunidad cristiana dice mucho ya que el mayor tiempo en ocaciones convive mas con personas no cristianas, donde debe encontrar la manera oportuna de reflejar a Cristo. No existe pecado por personal o secreto que sea de pensamiento, palabra y obra que no dañe a la comunidad. De esta manera por ser miembros de un solo cuerpo somos para el no solo cuando lo deseamos sino siempre instrumento de santidad o de perdicion. Esto no solo es teoria se apoya sobre la realidad espiritual que puede comprobarse en momentos de conflicto o de alegria en la vida de la comunidad cristiana.
4 comentarios:
EL DIA EN SOLEDAD.
DE: LA COMUNIDAD.
AUTOR: DIETRISCH BONHOEFFER.
FORTUNATO FELIPE GARCIA.
SABER ESTAR SOLO.
La comunidad cristiana no es un sanatorio espiritual. Refugiarse en ella huyendo de si mismo es convertirla en lugar de parloteo y distracción, por lo que en realidad buscan es olvidar por un buen tiempo, la propia soledad y que, por lo mismo, sumerge al hombre en una soledad todavía mas mortal. Tales tentativas tienen como resultado la anulación de la palabra de Dios y de toda experiencia autentica, y provoca la resignación y la muerte espiritual. El que no sepa estar solos, que tenga cuidado con la vida en comunidad. No podrá sino hacerle daño y hacerse daño a si mismo.
SABER VIVIR EN COMUNIDAD.
El que no sepa vivir en comunidad, que tenga cuidado con la soledad; solo dentro de la comunidad podemos estar solos, y solo aquel que sabe estar solo puede vivir en comunidad. Ambas cosas van unidas. Solo en la comunidad aprendemos la verdadera soledad, y únicamente en la soledad adquirimos realmente el sentido de la comunidad; sin embargo, no se trata de dos experiencias sucesivas, ambas comienzan al mismo tiempo: con la llamada de Jesucristo.
La señal distintiva de la soledad es el silencio, como la palabra lo es de la comunidad. La palabra oportuna nace del silencio, y el silencio, de la palabra. La palabra que fundamenta y une de nuevo a la comunidad va acompañada de silencio, esto se dará sobre todo antes y después del culto.
ESCUCHAR A DIOS.
El silencio observado antes de escuchas la palabra de Dios repercutirá sobre toda la jornada, nos enseñara a vivir midiendo nuestras palabras; el silencio del cristiano es un silencio expectante, humilde, y que, por esto, acepta ser interrumpido. Es un silencio que esta en comunicación con la palabra, hace que la entendamos mejor y la pronunciemos adecuadamente.
Existen tres cosas para las que el cristiano necesita de un tiempo aparte a lo largo de la jornada: la reflexión bíblica, la oración y la intercesión (es lo que se conoce por meditación diaria).
LA MEDITACIÓN DIARIA.
El tiempo de la meditación diaria debe estar dedicado exclusivamente a la reflexión bíblica personal, a la oración personal y a nuestra intersección personal. En la lectura del texto (que es breve, seleccionado y puede ser el mismo a lo largo de la semana) de nuestra meditación diaria contamos con la promesa de que tiene algo muy personal que decirnos hoy para nuestra vida y para cada uno de nosotros. Por eso debemos comenzar nuestra meditación diaria pidiendo a Dios que nos envié su Santo Espíritu para que nos revele la Escritura y nos ilumine.
No es necesario que en la meditación nos esforcemos en pensar y orar con palabras. A veces son preferibles la reflexión y la oración silenciosas, frutos de una actitud receptiva, y no es tiempo para la introspección. Solo la palabra debe retener nuestra atención y debemos someter todo a su eficacia.
LA ORACIÓN PERSONAL.
La reflexión bíblica nos conduce a la oración y a aprender a dejarnos guiar por la palabra bíblica y orar sobre la base del texto. Orar significa, prepararme a recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados y tentaciones; por ello aquí todo puede decirse delante de Dios, en silencio, con la certeza de que nuestra oración es escuchada porque procede de la palabra y promesa de Dios.
LA INTERCESIÓN.
Una comunidad cristiana vive gracias a los ruegos que hacen sus miembros unos por otros; no hay antipatía, ni tensión, ni desacuerdo personal que no puedan superarse orando por otro. Interceder significa, presentar al hermano ante Dios; conceder al hermano el mismo derecho que nosotros hemos recibido y tener parte en su misericordia. Vemos que la intercesión es algo preciso y concreto, que exige tiempo a todo cristiano, y sobre todo, al pastor responsable de la comunidad; es un don de Dios para todo cristiano y para toda comunidad cristiana.
PRESENCIA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA.
El cristiano debe saber que todo lo que haga durante las horas que esta solo influye en la vida de la comunidad. Toda autodisciplina del cristiano es un servicio que presta a la comunidad. Y por otro lado, no existe pecado –por personal y secreto que sea- de pensamiento, palabra y obra que no dañe a la comunidad. De esta manera, por ser miembros de un solo cuerpo somos para Él instrumento de santidad o de perdición.
SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA MEXICANO
“CAMPUS HOREB”
VIDA EN COMUNIDAD. EL DIA EN SOLEDAD DE DIETRICH BONHOEFFER (RESUMEN)
ALUMNO: RAMON BOA SOSA
SABER ESTAR SOLO:
“El silencio, oh Dios, es tu alabanza en Sión. Muchos buscan la comunidad por miedo a la soledad. Su incapacidad de soledad les empuja hacia otros, hay algunos cristianos que no peden estar solos por experiencias negativas consigo mismos y lo que debían reprocharse a sí mismos se lo reprochan a la comunidad cristiana. Refugiarse en ella huyendo de sí mismos es convertirla en distracción, incluso bajo la apariencia de una elevada espiritualidad.
Tales tentativas tienen como resultado la anulación de la palabra de Dios y de toda experiencia autentica, y provocan la resignación y la muerte espiritual. El que no sepa estar solo, que tenga cuidado con la vida en comunidad.
SABER VIVIR EN COMUNIDAD:
El que no sepa vivir en comunidad, que tenga cuidado con la soledad, esto es porque el cristiano no está solo, incluso en la muerte y en el día del juicio no será sino un miembro de la gran comunidad de Jesucristo. Solo en la verdadera comunidad aprenderás la verdadera soledad, y únicamente en la soledad adquirimos realmente el sentido de la comunidad.
ESCUCHAR A DIOS:
Callamos antes de escuchar porque nuestros pensamientos ya están dirigidos hacia el mensaje, al igual que calla un niño cuando entra en la habitación de su padre. Callamos después de oír la palabra de Dios, porque ella resuena, vive y quiere permanecer en nosotros. Callamos por tanto, únicamente por causa de la palabra y esta actitud no significa que la despreciemos, sino que deseamos honrarla y recibirla como es debido. Callar, en definitiva, no significa otra cosa que estar atentos a la palabra para poder caminar con su bendición.
Sin embargo, existe un silencio indebido, un silencio que se complace así mismo, orgulloso y agresivo, que viene a demostrar que lo que importa no es el silencio en sí mismo. El silencio del cristiano es un silencio expectante, humilde y que, por esto, acepta ser interrumpido. Saber callar ante la palabra de Dios, en cambio, hace que la entendamos mejor y pronunciemos adecuadamente, así se evitan muchas palabras inútiles. Lo esencial, lo que conviene, puede decirse en pocas palabras.
El silencio puede no ser más que un horrible desierto lleno de terror, o bien un paraíso artificial, pero lo uno no es mejor que lo otro.
LA MEDITCION DIARIA:
El tiempo de la meditación diaria debe estar dedicado exclusivamente a la reflexión bíblica personal, a la oración personal y a nuestra intercesión personal. Los experimentos espirituales no tienen cabida aquí.
Es tiempo de meditación personal no es un salto en el vacío sin fondo de la soledad, sino una ocasión de encontrar la paz en Cristo Jesús.
ORACION PERSONAL:
La reflexión bíblica nos conduce a la oración, debemos aprender a dejarnos guiar por la palabra bíblica y orar sobre la base del texto. Por tanto, orar no significa otra cosa que prepararme a recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados tentaciones. Es así que nuestra oración es escuchada porque procede de la palabra y promesa de Dios.
LA INTERCESION:
Cada cristiano tiene su propio círculo de conocidos que se han encomendado a sus oraciones, o por los que él se siente obligado a orar. Una comunidad cristiana vive gracias a los ruegos que hacen sus miembros unos por otros, de lo contrario moriría. La intercesión es el baño purificador donde el individuo y la comunidad deben sumergirse cada día.
Interceder por otro no significa otra cosa que presentar al hermano ante Dios. Por todo esto vemos que la intercesión es un servicio que debemos cada día a Dios y a nuestros hermanos. Cuanto más precisa sea la intercesión tanto más fecunda. Finalmente no podemos ignorar que el acto de interceder exige tiempo a todo cristiano y, sobre todo, al pastor responsable de la comunidad.
PRESENCIA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA:
La reflexión bíblica, la oración y la intercesión son el culto que debemos a Dios y donde él nos comunica su gracia. No retrata de legalismos, sino de disciplina y fidelidad. Para la mayoría, la primera hora de la mañana será la más adecuada. Son numerosas las horas que, cada día, el cristiano pasa solo en un ambiente no cristiano. Así es puesto a prueba. En estas horas de prueba se pone de manifiesto el valor de la meditación, el valor de la comunidad cristiana.
El cristiano debe saber que todo lo que haga durante las horas que está solo influye en la vida de la comunidad.
El que, después de la jornada de trabajo, regresa a la comunidad trae consigo la bendición que ha recibido en los momentos que ha pasado solo, pero, al mismo tiempo, recibe la bendición que procede de la comunidad.
Resumen de lectura del libro: Vida en Comunidad
Tercera Parte: El día en soledad
Solo dentro de la comunidad podemos estar solos, y solo aquel que sabe estar solo puede vivir en comunidad. Solo en la comunidad aprendemos la verdadera soledad, y únicamente en la soledad adquirimos realmente el sentido de la comunidad; sin embargo, no se trata de dos experiencias sucesivas, ambas comienzan al mismo tiempo: con la llamada de Jesucristo.
La comunidad diaria de la familia cristiana camina a la par de la soledad diaria de cada uno de sus miembros. Debe ser así. De lo contrario, individuo y comunidad se verán afectados de impotencia.
La señal distintiva de la soledad es el silencio, como la palabra lo es de la comunidad. Silencio y palabra guardan la misma íntima relación que soledad y comunidad. Lo uno no se da sin lo otro. La palabra oportuna nace del silencio, y el silencio de la palabra.
Callamos después de oír la palabra de Dios, porque ella resuena, vive y quiere permanecer en nosotros. El silencio observado antes de escuchar la palabra de Dios repercutirá sobre toda la jornada. Nos enseñará a vivir midiendo nuestras palabras.
Existen tres cosas para las que el cristiano necesita de un tiempo aparte a lo largo de la jornada: la reflexión bíblica, la oración y la intercesión. Las tres constituyen lo que se conoce por meditación diaria.
Solo la palabra debe retener nuestra atención y debemos someter todo a su eficacia. Es posible que Dios mismo nos envíe esas horas de vacío y aridez espiritual para que aprendamos a esperarlo todo de su palabra. “Busca a Dios, no la alegría”, es la regla fundamental de la meditación personal. Y su promesa, esta: es buscando únicamente a Dios como tú encontrarás la alegría.
La reflexión bíblica nos conduce a la oración. El camino mas fecundo para la oración es la Escritura. Debemos aprender a dejarnos guiar por la palabra bíblica y orar sobre la base del texto. Por tanto, orar no significa otra cosa que prepararme a recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados y tentaciones.
Una comunidad cristiana vive gracias a los ruegos que hacen sus miembros unos por otros; de lo contrario moriría. La intercesión es el baño purificador donde el individuo y la comunidad deben sumergirse cada día. Interceder por otro significa conceder al hermano el mismo derecho que nosotros hemos recibido, a saber: estar delante de Cristo y tener parte en su misericordia.
La reflexión bíblica, la oración y la intercesión son el culto que debemos a Dios y donde él nos comunica su gracia.
El que, después de la jornada de trabajo, regresa a la comunidad trae consigo la bendición que ha recibido en los momentos que ha pasado solo, pero, al mismo tiempo, recibe la bendición que procede de la comunidad. Dichoso aquel que es capaz de estar solo gracias a la fuerza que recibe de la comunidad, y dichoso el que es capaz de mantener la unión con la comunidad por la fuerza de la soledad.
VIDA EN COMUNIDAD 3
REBECA BRIONES JACOME
3. El dia en soledad
Saber estar solo.
Antes de convivir con la iglesia debemos saber estar solos y no tener miedo o huir de nosotros mismos. Algunas personas buscan una congregacion para sanar sus experiencias negativas pero debe ser al contrario aunque la comunidad pero sobre todo Jesucristo sana, debemos buscar una experiencia auntentica con Dios y la comunidad cristiana y no llegar a una muerte espiritual.
Saber vivir en comunidad
Se aplica lo anterior y a la inversa, debemos saber convivir y vivir en comunidad sino quiere decir que probablemente no nos ha llamado o unido Cristo, de modo que si hablaremos en comunidad que sea para edificacion y crecimiento sino el silencio sera lo mas adecuado y que ademas de ahorrarnos conflictos tambien dara una señal distintiva de que Dios nos ha llenado con su palabra.
Escuhar a Dios
Callamos antes de escuchar porque nuestros pensamientos ya estan dirigidos hacia el mensaje, callamos despues de oir la palabra de Dios, porque ella resuena, vive y quiere permanecer en nosotros. Callamos al levantarse la mañana y callamos al caer la noche porque ES A DIOS A QUIEN CORRESPONDE LA PRIMERA Y ULTIMA PALABRA DEL DIA. No por otra cosa sino porque reconocemos y recibimos como es debido. En este el silencio puede resultar un acto positivo dentro de lo espiritual, pero claro sin llegar a los extremos.
Existen tres cosas que el cristiano necesita de un tiempo aparte a lo largo de la jornada, la reflexion biblica, la oracion y la intersecion, estas tres cosas constituyen MEDITACION DIARIA. Esta es algo a lo que deberiamos dedicarnos sumada con las otras necesidades y actitudes dentro de la vida en comunidad y tambien en soledad que nos lleva al mismo sentido (lo que Cristo ha ya hecho por nosotros)
No es necesario que la meditacion nos esforcemos en pensar y orar con palabras. A veces son preferibles la reflexion y la oracion silenciosa, frutos de una actitud receptiva. Tambien no debemos halagar nuestra vanidad con palabras u oraciones que nos distraen de lo verdaderamente fundamental (Cristo y su sacrificio, del cual nosotros mereciamos pero sin embargo el nos deja con enorme libertad)
No son experiencias extraordinarias o inesperadas (sensacionalistas) aunque en efecto debemos apasionarnos por meditar en el Señor, pero como una practica continua dentro de nuestro propio estilo de vida.
Hay que esperar todo de la palabra de Dios. “Busca a Dios no la alegria” es la regla de la meditacion personal.
LA ORACION PERSONAL
Reflexion biblica que nos conduce a la oracion. (Biblia, Sagradas Escrituras) esto es una preparacion para recibir la palabra como un mensaje personal en mis propias tareas, en mis decisiones, pecados y tentaciones. Todo lo que no se puede decir en una oracion colectiva este es el momento mas adecuado. Debemos estar seguros que nuestras oraciones son escuchadas porque proceden de la palabra de Dios y promesas de el. El problema que existe es que podemos perdernos entre nuestros pensamientos y no dirigirnos correctamente y hundirnos y dispersarnos; por una tendencia natural del ser humano pero debemos concentrarnos y no distraernos para llegar a una verdadera comunicación con Dios.
LA INTERCESION
Esto forma parte importante que rogemos unos por otros, teniendo en cuenta que Dios conforme a sus propositos y voluntad nos responde, pero es de importancia para la iglesia y comunidad cristiana, ademas que reconforta al hermano y nos reconcilia con Cristo cada dia.
NUNCA debemos negarnos a interceder por medio de la oracion por nuestro hermano que esta en pecado, desesperanza o conflicto ya que nuestra razon y el centro Jesucristo nos une.
PRESENCIA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA
El cristiano debe ya tener como establecido y como regla que todo lo que hace fuera de la iglesia o comunidad cristiana dice mucho ya que el mayor tiempo en ocaciones convive mas con personas no cristianas, donde debe encontrar la manera oportuna de reflejar a Cristo. No existe pecado por personal o secreto que sea de pensamiento, palabra y obra que no dañe a la comunidad.
De esta manera por ser miembros de un solo cuerpo somos para el no solo cuando lo deseamos sino siempre instrumento de santidad o de perdicion. Esto no solo es teoria se apoya sobre la realidad espiritual que puede comprobarse en momentos de conflicto o de alegria en la vida de la comunidad cristiana.
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