viernes, 20 de abril de 2007

VIDA EN COMUNIDAD. El día en común



  • El culto de la mañana

  • La lectura de los salmos

  • La lectura bíblica

  • Cantar en común

  • Orar en común

  • La comunidad de mesa

  • El trabajo

  • La comida del medio día

  • La oración de la noche

4 comentarios:

ramon boa sosa dijo...

SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA MEXICANO
“CAMPUS HOREB”
VIDA EN COMUNIDAD. EL DIA EN COMUN DE DIETRICH BONHOEFFER (RESUMEN)
ALUMNO: RAMON BOA SOSA

EL CULTO DE LA MAÑANA:
En el antiguo testamento, el día comenzaba al anochecer y termina con la puesta del sol. Para la comunidad del nuevo Testamento el día comienza al rayar el alba y termina con la aurora del día siguiente.
Las primeras horas de la mañana pertenecen por tanto a la comunidad de Cristo resucitado, de esta manera observamos el gozo de los hermanos que cada mañana unidos en alegría se regocijan el la palabra y en la alabanza. La mañana no pertenece al individuo, sino a la Iglesia del Dios Trino, a la comunidad familiar y fraterna de los cristianos.
La sagrada escritura dice, que el primer pensamiento y la primera palabra del día pertenecen a Dios. Por lo tanto considera el amanecer como la hora en la que Dios nos concede su ayuda especial. Por lo que la palabra de Dios hace mención de los hombres que por la mañana le buscan: Abraham, Jacob, Moisés, Josué y por supuesto nuestro salvador Jesús.
En resumen, toda forma de devoción matinal en común debe comprender la lectura de la Escritura, el canto y la plegaria de la comunidad.

LA LECTURA DE LOS SALMOS:
“Hablando entre vosotros con Salmos” (efesios 5:19), la lectura de los salmos como forma de plegaria en común. El libro de los salmos ocupa un lugar excepcional dentro del conjunto de la Sagrada Escritura.
Es el hombre Jesucristo quien ora en los salmos por boca de su Iglesia, es decir, aquel para quien ninguna pena, ninguna enfermedad, ningún sufrimiento son desconocidos, y quien, sin embargo, era el justo y el inocente por excelencia. El libro de los salmos, son el libro de las oraciones de Jesucristo en el sentido más propio.
El creyente no ora siguiendo el impulso natural de su propio corazón sino en base en la humanidad asumida por Cristo, ora en la oración del hombre Jesucristo. Los salmos nos enseñan a orar sobre el fundamento de la oración de Cristo.
*Orar cobre la base de la palabra de Dios y de sus promesas.
*Nos enseña a expresar que debemos expresar en nuestras oraciones.
*Nos enseña a orar en Comunidad.

LA LECTURA BIBLICA:
“Aplícate a la lectura” (I Timoteo 4:13). Algunos hemos diseñado un sistema de lectura de la palabra de Dios, de manera aleatoria, o seleccionando algunos versículos solamente, sin embargo, estas breves palabras orientadoras de la jornada no pueden ni deben remplazar completamente a la lectura de la Palabra de Dios. Por lo tanto, el culto comunitario debe constar, además de la recitación de los salmos, de una extensa lectura del antiguo y nuevo testamento.
Hay algo muy común entre los que escuchan la palabra de Dios, esto no es solamente para los niños sino también para los adultos que en repetidas ocasiones se quejan de lo largo de las lecturas de la Biblia, a lo que debemos responder que toda escritura bíblica, aun la más corta, es siempre demasiado larga. Así la lectura de la palabra de Dios, obliga a todos los que quieran entender, a aproximarse donde Dios ha actuado una vez por todas a favor de la salvación de los hombres, y dejarse encontrar allí por él.
Desde esta perspectiva, la lectura de la Biblia en la oración de la mañana se nos hará cada día más significativa y saludable. Por lo tanto, se puede decir lo siguiente, el creyente que no desea conocer personalmente la escritura no es un cristiano evangélico. Para dar una sugerencia de una lectura adecuada de la palabra de Dios, es necesario recomendar lo siguiente: el que lee jamás se debe identificar con el “yo”, que habla en la escritura, porque no soy yo quien se irrita, consuela o exhprta, sino Dios.

CANTAR EN COMUN:
A la lectura de los salmos y a la lectura bíblica se añade el canto en común. Y en esto último es sumamente importante rescatar que el cántico en la tierra que se rinde a Dios, es distinto al cántico del cielo. En la tierra es el cántico de los que creen, en el cielo, el de los que lo contemplan, en la tierra es un canto hecho de pobres palabras humanas, en el cielo son palabras inefables que ningún hombre puede expresar.
Un canto que no es expresado con el corazón, no será más que un himno horrible y confuso de autoalabanza humana, de esta manera el cántico nuevo se transforma en un canto a los ídolos., por lo tanto, cantemos hoy con una sola voz, al unísono y desde el fondo del corazón, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo (Romanos 5:6).
Hay enemigos del canto que deben ser destruidos, es a través del elemento musical por donde se introduce fácilmente en el culto el mal gusto y frivolidad:
*la segunda voz improvisada, que mata la melodía y la palabra cantada,
*La voz baja o alta que pretende llamar la atención de todo el mundo.
El canto al unísono, por difícil que sea, más que musical, es una cuestión espiritual.

ORAR EN COMUN:
La palabra de Dios, la voz de la Iglesia y nuestra oración forman una unidad. De esta manera habrá que hacer callar en nosotros toda tendencia a juzgar y a criticar a aquel que ora, pues las débiles palabras que pronuncia las dice en el nombre de Jesucristo. La oración en común es efectivamente el acto más natural de la vida cristiana comunitaria.
En el acto religioso comunitario, la oración libre debe ser la oración de todos y no la del responsable que la pronuncia. De este modo la oración se transformará cada vez más en la oración de todos los que forman la comunidad.

LA COMUNIDAD DE MESA:
La escritura menciona tres clases de comida en las que Jesús toma parte con los suyos:
*La diaria
*La santa cena
*El banquete final en el reino de Dios.
Pero en los tres casos una sola cosa es importante: “Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron”, esto significa:
*Conocerlo como el dispensador de todos los dones que poseemos
*Que los bienes temporales que poseemos, nos son dados únicamente por Jesucristo.
*Que la Iglesia cree que su señor se hará presente allí donde ella le invoque.
Compartir la mesa compromete a los cristianos, el hecho de que todos coman del mismo pan les mantiene fuertemente unidos, es decir, quien destruye la comunión material destruye también la comunidad del espíritu.

EL TRABAJO:
Orar y trabajar son dos realidades diferentes. Y si la oración no debe ser obstaculizada por el trabajo, tampoco debe ser el trabajo por la oración. La oración exige su tiempo, pero las horas del día corresponden fundamentalmente al trabajo. Sin embargo, al encontrar detrás de las cosas la presencia personal de Dios, el cristiano logra descubrir la unidad entre oración y trabajo, la unidad del día. “Todo lo que hagáis de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor” (colosenses 3:17).
En la oración de la mañana se decide la suerte del día. La oración nos enseña a ordenar y a distribuir mejor nuestro tiempo. Nuestro ardor en el trabajo crece cuando rogamos a Dios que nos conceda hoy las fuerzas que necesitamos para nuestra tarea.

LA COMIDA DEL MEDIO DIA:
La hora del mediodía es para la comunidad cristiana, donde es posible, un pequeño descanso en las tareas de la jornada. De esta forma el alimento que Dios proporciona se convierte en consuelo para nuestra tristeza, porque es la prueba de la misericordia y fidelidad con que Dios mantiene y guía a sus hijos. Si bien el trabajo es un mandato, el pan es un don libre y misericordioso de Dios. De suyo no se deduce que nuestro trabajo deba proporcionar el sustento, es Dios quien lo quiere así.

LA ORACION DE LA NOCHE:

La jornada de trabajo toca a su fin. La comunidad cristiana se reúne una vez más para la cena y la última plegaria. La oración de los salmos, la lectura bíblica, el canto y la oración común cierran la jornada, del mismo modo que la habían abierto.
El creyente puede estar seguro, “El que guarda a Israel, ni duerme ni dormita”. La oración de la noche es para pedir perdón por las faltas, pero también para poder perdonar a los hermanos. Es decisivo para la comunidad cristiana saldar cada noche las diferencias que hayan podido surgir durante la jornada, de otro modo seria peligroso irse acostar con algún resentimiento.
De todas las peticiones de la Iglesia primitiva, la más singular y profunda es la que ruega a Dios que mantenga nuestro corazón despierto mientras nuestros ojos duermen.
Nuestra jornada desde la mañana a la noche está bajo la palabra del salmista “Tuyo es el día, tuya es la noche (salmo 74:16)

fortunato felipe dijo...

EL DIA EN COMUN.
DE: LA COMUNIDAD.
AUTOR: DIETRISCH BONHOEFFER.
FORTUNATO FELIPE GARCIA.

EL CULTO DE LA MAÑANA.
Para la comunidad del nuevo testamento, el día comienza al rayar el alba y termina con la aurora del día siguiente; es el tiempo del cumplimiento, de la resurrección del Señor. Por ello las primeras horas de la mañana pertenecen por tanto a la comunidad del Cristo resucitado. La mañana no pertenece al individuo, sino a la iglesia del Dios trino, a la comunidad familiar y fraterna de los cristianos. La vida en común bajo la autoridad de la palabra comienza con un acto común al inicio del día, por ello nuestro primer pensamiento y primera palabra del día pertenecen a Dios. La oración en común de la mañana comprende la lectura de la escritura, el canto y la plegaria.

LA LECTURA DE LOS SALMOS.
El libro de los salmos ocupa un lugar excepcional dentro del conjunto de las Sagradas escrituras, es palabra de Dios, y al mismo tiempo, salvo raras excepciones, plegaria del hombre. Los salmos son el libro de oraciones de Cristo en el sentido más propio, es su oración para todos los tiempos, es la oración vicaria por su iglesia, por ello la iglesia como su cuerpo en la tierra es el que continua diciendo su oración hasta el fin de los tiempos. Los salmos nos enseñan a orar en ellos aprendemos:
a) Lo que significa orar sobre la base de la palabra de Dios y sus promesas.
b) Lo que debemos expresar en nuestras oraciones.
c) Como debemos orar en comunidad.

Cuanto mas nos identifiquemos con los salmos y cuanto mayor sea la frecuencia con que los leamos, más sencilla y rica llegara a ser nuestra oración.

LA LECTURA BIBLICA.
La Sagrada Escritura es la palabra con que Dios se revela a todos los hombres en todos los tiempos. Por eso el culto comunitario debe constar, además de la recitación de los salmos, de una extensa lectura de la Biblia; la palabra de Dios debe ser oída según la situación y comprensión de cada uno, por ello la comunidad domestica debe practicar la lectura continua y seguida de esta, obligando a todos los que quieren entender, a aproximarse donde Dios a actuado a favor de la salvación de los hombres, y dejarse encontrar allí por Él; porque es mas importante para nosotros saber lo que Dios realizo en Israel y en su Hijo Jesucristo que descubrir lo que Él quiere para nosotros hoy.

No es nuestro corazón el que decide nuestro camino sino la palabra de Dios, cuanto mas sobria, objetiva y humilde sea la actitud interior frente al texto, tanto mas adecuada será la lectura, por lo tanto para una recta lectura debemos observar la siguiente regla: nunca debemos identificarnos con el “yo” de la lectura; la lectura correcta debe ser aquella que depende de mi propia disposición interior.

CANTAR EN COMÚN.
El canto en común es la voz de la iglesia que al alba, agradece e implora a su Señor, cada mañana, la iglesia aquí en la tierra une su voz a este canto universal y, al atardecer, vuelve sobre el para señalar el final de la jornada. El cántico nuevo ha de ser entonado en primer lugar desde nuestro corazón, y debido a su vinculación con la palabra, este canto debe ser al unísono, dependiendo enteramente de su poder de discernimiento espiritual.

Sin embargo existen enemigos del canto al unísono que deben ser eliminados como son:
1) La segunda voz improvisada que mata la melodía y la palabra cantada.
2) La voz baja o alta que llama la atención a si misma.
3) El solista que usa su voz para cubrir el canto de los otros.
4) Los que no cantan por no tener oído o por su estado de ánimo.

El canto al unísono, por difícil que sea es una cuestión espiritual, es la voz de la iglesia la que se hace audible en el canto en común.

ORAR EN COMÚN.
Esta es la oración a Dios por el día que acaba, por el trabajo, la comunidad, las miserias, los pecados y por las otras personas. Al presentarla a Dios, esta debe hacerse con alegría y confianza, por ello es preciso dejar que sea uno de nuestros hermanos el que la dirija, de forma sobria y sencilla. Como regla general la oración libre, será pronunciada por la misma persona, que deberá orar en nombre de todos los asistentes, pero para que su oración sea posible, es necesario que todos los asistentes intercedan por ella, por que esta oración es de todos, y todos le deben dar a esa persona su ayuda y consejo.

También la oración libre debe obedecer ciertas reglas de disciplina interna, resultando útil partir de una de las lecturas bíblicas de la reunión, así obtiene base y sostén firme, recordando que todo aquí se hace en libertad y con amor, no por la fuerza.

LA COMUNIDAD DE MESA.
La Escritura menciona tres clases de comida en las que Jesús tomo parte con los suyos: la diaria, la Santa Cena, y el banquete final en el Reino de Dios. Pero en los tres casos una sola cosa es importante: “Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron”. Pero ¿Qué significa reconocer a Jesucristo a través de los dones?, significa:
a) Reconocerlo como el dispensador de todos los dones que recibimos.
b) Que Cristo es el don mismo que hace posibles todos los otros dones terrenos.
c) Que la iglesia cree que su Señor se hará presente allí donde ella lo invoque.

De este modo la comunidad de mesa cotidiana vincula a los cristianos con su Señor y les une entre si de una forma especial, reconociendo que es Cristo quien parte el pan, y les abre los ojos de su fe, lo que comemos y compartimos en el día a día es lo que nos mantiene fuertemente unidos. El hambre solo comienza cuando aparece el egoísmo en el hombre.

EL TRABAJO.
La oración exige su tiempo, pero las horas del día corresponden fundamentalmente al trabajo. El trabajo coloca al hombre en el mundo de las cosas que esperan su actuación, es donde aprende a dejarse limitar por el objeto de su trabajo. El contacto con estas cosas materiales mata las exigencias de la carne, solo si a través de ellas descubrimos la presencia personal de Dios, así el cristiano logra la unidad de la oración y del trabajo en la unidad del día. Conseguida su unidad, la jornada del cristiano tomo orden y disciplina.

LA COMIDA DEL MEDIODÍA.
Esta es la hora donde la comunidad cristiana, obtiene un breve descanso de las tareas de la jornada, se reúnen pues, en torno a la mesa a la que Dios invita; el mediodía es una de las siete horas en que la iglesia y el salmista elevan su oración.

LA ORACION DE LA NOCHE.
La jornada de trabajo toca a su fin; la comunidad domestica se reúne una vez mas para la cena y la ultima plegaria, por ello es bueno que esta sea el ultimo acto del día, antes del descanso nocturno, y debe hacerse de la misma forma que la oración de la mañana. La oración de la noche es también el momento en que pedimos perdón a Dios y a nuestros hermanos y para que nosotros mismos podamos perdonar de corazón todo el mal que nos hayan hecho. Por eso es bueno que la oración de la noche incluya una petición especial por el perdón mutuo, para lograr así la reconciliación de los creyentes y la renovación de su comunidad fraterna.

Juan Antonio Hernandez dijo...

Resumen de lectura del libro: Vida en Comunidad
Segunda Parte: El día en común


Cristo es “el sol de justicia” que se levanta sobre su comunidad expectante, y los que le aman serán como el sol cuando sale con todo su esplendor. Las primeras horas de la mañana pertenecen por tanto a la comunidad de Cristo resucitado. Al rayar el día, conmemora aquella mañana en que la muerte, el diablo y el pecado fueron vencidos, y los hombres, libres, nacieron a una nueva vida. La mañana no pertenece al individuo, sino a la iglesia de Dios, a la comunidad familiar y fraterna de los cristianos.

La vida en común bajo la autoridad de la palabra comienza con un acto común al comenzar el día. Toda la comunidad se reúne para la alabanza, la acción de gracias, la lectura de la Escritura y la oración. La tranquilidad profunda de las primeras horas de la mañana no es interrumpida más que por la plegaria y el canto de la comunidad que resuena con más claridad después del silencio nocturno y del amanecer.

La sagrada Escritura dice a este respecto que el primer pensamiento y la primera palabra del día pertenecen a Dios. Para el cristiano el comienzo del día no debe estar sobrecargado ni obstaculizado por los quehaceres múltiples que le esperan. La oración en común de la mañana comprende la lectura de la Escritura, el canto y la plegaria.

La lectura de los salmos como forma de plegaria en común ha tenido desde siempre una importancia especial iglesia. Los salmos pueden ser la oración de la iglesia al mismo tiempo que la palabra de Dios a la iglesia, ya que aquí nos encontramos con Cristo en oración. Los salmos son la escuela de oración por excelencia, ya que muestran el significado de orar sobre la base de la palabra de Dios y de sus promesas. También la oración de los salmos enseña lo que se debe expresar en nuestras oraciones, y su recitación nos enseña a orar en comunidad.

Después de la oración de los salmos, e intercalado un cántico, sigue la lectura de la Sagrada Escritura. El culto comunitario debe constar, además de la recitación de los salmos, de una extensa lectura del antiguo y nuevo testamento. Por ser la Escritura un corpus, un todo viviente, es conveniente que la comunidad doméstica practique la lectura seguida. Sólo aquel que se deja encontrar en Jesucristo, en su encarnación, en su cruz y en su resurrección, está en Dios, y Dios en el. Sólo por medio de la sagrada Escritura aprendemos a conocer nuestra propia historia.

A la lectura de los salmos y a la lectura bíblica se añade el canto en común; con él la voz de la iglesia alaba, agradece e implora a su Señor. Cada mañana, la iglesia aquí en la tierra une su voz a este canto universal y, al atardecer, vuelve sobre él para señalar el final de la jornada. Es el canto sencillo de los hijos de esta tierra, llamados a ser hijos de Dios; no es un cántico exaltado ni estático, sino centrado en la palabra revelada, con sobriedad, gratitud y recogimiento. Es un cántico que debe ser entonado primeramente en el corazón, al estar lleno de la presencia de Cristo. Es un acto espiritual, que presupone sumisión a la palabra y a la comunidad, con mucha humildad y una gran disciplina.

La palabra de Dios, la voz de la iglesia y nuestra oración forman una unidad. La oración en común es efectivamente el acto más natural de la vida cristiana comunitaria, y, aunque es bueno y provechoso que nos esforcemos en conservarla en toda su pureza y en su carácter bíblico, no debemos sin embargo sofocar la libertad de su impulso, pues el Señor hizo una gran promesa a esta forma de oración.

Cada vez que los creyentes comparten la mesa, confiesan que Jesús está presente en medio de ellos como su Señor y su Dios. La comunidad de mesa cotidiana vincula a los cristianos con su Señor y les une entre sí de una forma especial. Reconocen que es Jesucristo quien parte el pan, se les abren los ojos de su fe.

La comida en común enseña a los cristianos que ellos comen todavía el pan de los peregrinos. Sin embargo, este compartir les recuerda también que recibirán un día el pan incorruptible en la casa del Padre.

Orar y trabajar son dos realidades diferentes. Y si la oración no debe ser obstaculizada por el trabajo, tampoco debe serlo el trabajo por la oración. Sin el esfuerzo y el trabajo de la jornada, la oración no es oración, y sin la oración, el trabajo no es trabajo. En la oración de la mañana se decide la suerte del día. La oración nos enseña a ordenar y distribuir mejor nuestro tiempo.

La hora del mediodía es para la comunidad cristiana, donde es posible, un pequeño descanso en las tareas de la jornada. Después de la jornada de trabajo, imploramos de Dios su bendición, su paz y su protección sobre toda la cristiandad, sobre nuestra comunidad, sobre nuestros vecinos, pastores, familia, etc.

Es también importante que la oración de la noche sea para pedir perdón a Dios por todas nuestras faltas durante el día, y para ponernos a cuentas con todos nuestros hermanos.

Rebeca Briones dijo...

VIDA EN COMUNIDAD
REBECA BRIONES JACOME
2. El dia en comun.

EL CULTO DE LA MAÑANA
La palabra de Cristo habite en vosotros abundantemente Col 3.16 pala la comunidad del nuevo testamento el dia comienza al rayar el alba y termina con la aurora del dia siguiente.
Las primeras horas de la mañana pertenecen por tanto a la comunidad de Cristo resucitado. Al rayar el dia, conmemora aquella mañana en que la muerte , el diablo y el pecado fueron vencidos y los hombres, libres nacieron a una nueva vida.
Despues de todo esto nosotros deberiamos aprender que esta alabanza matutina que debemos y tenemos que dar a Dios trino, que nos da su proteccion y providencia y nos permite llegar a un nuevo dia, asi mismo el sacrificio que hizo Jesus al vencer a la muerte, y al Espiritu santo que nos consuela y alienta diariamente para que le sigamos.
La mañana no pertenece al individuo, sino a la iglesia de Dios tino, a la comunidad familiar y fraterna de los cristianos.
La vida en comun bajo la autoridad de la palabra comienza con un acto comun al comenzar el dia. Toda la comunidad se reune para la alabanza, la accion de gracias, la lectura de la escritura y la oracion. La tranquilidad profunda de las primeras horas de la mañana no es interrumpida mas que por la plegaria y el canto de la comunidad que resuena con mas claridad despues del silencio nocturno y del amanecer. La Biblia dice a este respecto que el primer pensamiento y la primera palabra del dia pertenece a Dios.
Para el cristiano el comienzo del dia no debe estar sobrecargado ni obstaculizado por los quehaceres multiples que le esperan. Cada dia esta sometido al Seños que lo creo. Solamente a jesucristo y su palabra resucitadora es capaz de disipar la oscuridad, la confusion de la noche y sus quimeras. Ella desvanece toda inquietud toda impureza, toda afliccion y toda angustia. La oracion en comun de la mañana comprende la lectura de la escritura el canto y la plegaria. A diversidad de comunidades corresponde tambien diversidad de formas de devocion matutina.
Lectura de los salmos
Es palabra de Dios y al mismo tiempo plegaria del hombre. Los salmos son el libro de oraciones de jesucristo en el sentido mas propio. Y nos enseñan a orar sobre el fundamento de la oracion de Cristo. Es como una escuela de oracion por excelencia. En ella aprendemos lo que significa orar y lo que debemos expresar en nuestras oraciones y orar en comunidad.

LECTURA BIBLICA
Es la palabra de Dios se revela a todos los hombres de todos los tiempos. No consiste en versiculos aislados sino en un todo que exige manifestarse como tal. Es en su totalidad como la escritura es la palabra revelada de Dios. Solo en la infinituf de sus relaciones interiores, en la conexión entre antiguo y nuevo testamento, la promesa y cumplimiento, sacrificio y ley, ley y evangelio, cruz y resurreccion, fe y obediencia, don y espera se hace enteramente inteligible el testimono de Jesucristo, el Señor. Por eso el culto comunitario debe constar ademas de la recitacion de los salmos, de una extensa lectura del antiguo y nuevo testamento.
Nosotros debemos ser oyentes atentos y activos de su actuacion en la historia sagrada, en la historia de Cristo sobre la tierra, y solo en la medida que participemos en esa historia, Dios esta tambien hoy con nosotros. Se produce por tanto un cambio radical comprendemos que no es nuestra vida donde tiene que revelarse la ayuda y la presencia de Dios, sino que se revelo definitivamente a favor nuestro en la vida de Jesucristo.

CANTAR EN COMUN
El canto al unisono por dificil que sea, mas que musical, es una cuestion espiritual. Solo en comunidad donde cada uno adopta interiormente una actitud de recogimiento y disciplina, el canto puede brindarnos el gozo wue le es propio incluso con imperfecciones musicales.
Es la voz de la iglesia la que se hace audible en el canto en comun. No soy yo el que canta sino la iglesia, pero como miembro de la iglesia puedo participar en su canto. Asi el canto en comun debe servir para ampliar nuestro horizonte espiritual, para llevarnos a reconocer nuestra comunidad como un eslabon de la gran comunidad cristiana extendida por toda la tierra y a unir libre y gozosamente nuestro canto debil o potente al cando de la iglesia.

ORAR EN COMUN
La oracion es de todas las practicas del culto comunitario, la que nos ofrece las mayores dificultades, pues en ella somos nosotros mismos los aque debemos hablar. Hemos escuchado la palabra de Dios y hemos podido unirnos al canto de la iglesia; ahora se trata en cambio de orar a Dios en comunidad y esta oracion debe ser nuestra palabra, nuestra oracion por este dia por nuestro trabajo, por nuestra comunidad por las miserias y los pecados particulars que pesan sobre todos por las personas que nos estan encomendadas. La oracion en comun es efectivamente el acto mas natural de la vida cristiana comunitaria, y aunque es bueno y provechoso que nos esforcemos en conservarla en toda su puresa y en su carácter biblico, no debemos sin embargo sofocar la libertad de su impulso, pues el Señor hizo una gran promesa a esta forma de oracion.
Es el acto religioso comunitario la oracion libre debe ser la oracion de todos y no la del responsable que la pronuncia. A este se le encomienda orar por la comunidad que conozca sus aficiones y necesidades su alegria y gratitud sus ruegos y sus esperanzas. Tampoco debe ignorar su trabajo y los problemas que este acarrea.

LA COMUNIDAD DE MESA
Despues de todo lo que mencionamos, la comunidad se reune para recibir de Dios el pan para la vida corporal. Dando gracias e implorando la bendicion de Dios la comunidad domestica recibe el pan diario de la mano del Señor. Desde que se sento a la mesa con sus discipulos, Jesucristo esta presente para bendecir a los suyos siempre que se reunen para comer. Cada vez que los creyentes comparten la mesa, confiesan que Jesus esta presente en medio de ellos como su Señor y su Dios.

EL TRABAJO.
Orar y trabajar son dos realidades diferentes. Y si la oracion no debe ser obsctaculizada por el trabajo, tampoco debe serlo el trabajo por la oracion. La voluntad de Dios,que exige que el hombre trabaje seis dias y descanse el septimo para alegrarse en su presencia, tambien exige que cada dia del cristiano este marcado por el doble signo de la oracion y trabajo. La oracion exige su tiempo pero las horas del dia corresponden fundamentalmente al trabajo. Solo dando a estas dos realidades su valor correspondiente es posible descubrir su carácter indivisible. Sin el esfuerzo y el trabajo de la jornada, la oracion no es oracion y sin la oracion, el trabajo no es trabajo. Esto unicamente lo sabe el cristiano.
El trabajo coloca al hombre en el mundo de las cosas que esperan su actuacion. Para cumplir su obra en el mundo de las cosas Dios hace que el hombre se olvide de si mismo para enfrentarse con la realidad objetiva, exigente, impersonal.

LA COMIDA DEL MEDIO DIA.
Es un pequeño descanso en las tareas de la jornada. Dios es quien nos alimenta y se reconoce que no merecemos pero sin embargo El siempre nos provee.
La hora del medio dia es una de las siete horas que la iglesia y el salmista dedican a la oracion. En el apogeo del dia, la iglesia invoca a Dios trino para cantar sus maravillas y pedirle ayuda y la pronta salvacion. Si alguna comunidad tiene el tiempo para esta actividad fortalecera su relacion ademas se dara cuenta que vale la pena.

LA ORACION DE LA NOCHE
Un dia con lo largo que es pone a prueba nuestra fe. Nos permite comunicarnos con Dios y suplicarle y agradecerle lo que hace y hara con nosotros atraves del siguiente dia